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Imagen del interior de la Bolsa de Madrid. / Archivo
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¿Cada vez peores síntomas?

El Ibex 35 se deja un 2,3%, pierde los 10.100 puntos y marca la cota más baja desde enero

CRISTINA VALLEJO
MADRIDActualizado:

La Bolsa japonesa rebotaba por la mañana. No porque hubiera mejorado la situación, sino, quizás, porque hay inversores que están aprovechando las caídas para tomar posiciones. No hay que olvidar que el índice Nikkei de Tokio se encuentra en estos momentos en los 10.000 puntos, cuando en 1990 alcanzó los 40.000.

Las valoraciones son muy atractivas. Pero no hay que emocionarse, la curva que dibujan las rentabilidades de sus bonos (la del diez años se sitúa poco por encima del 1%) es la de una economía deprimida. La apreciación del yen, en máximos contra el dólar desde 1995, también es un problema para una economía netamente exportadora. Los analistas consideran que el tipo de cambio puede ser demoledor para las exportadoras niponas en caso de que alcance los 75 yenes por dólar.

Los mercados del Viejo Continente comenzaron la sesión bastante animados, sobre todo el alemán, el más castigado hasta la fecha, por el "pillaje" de buenas ofertas y por las buenas vibraciones que transmitía el positivo resultado del mercado japonés en particular y asiático, en general, y, también, por el comunicado de la Reserva Federal posterior a la reunión ordinaria de política monetaria en el que se mostró confiada en la recuperación económica, pese a los riesgos inflacionistas que pesarán en el corto plazo. Aunque fue, precisamente, la Fed la responsable de una repentina caída de los mercados a eso de las cuatro de la tarde.

Un síntoma más de que la situación es de extrema debilidad e incertidumbre ante un acontecimiento incontrolable como lo es la posibilidad de una crisis nuclear ante la que los gestores están respondiendo de maneras diferentes: bien con compras a bajos precios, bien a la expectativa o bien con ventas para que lo peor de la crisis, si llega, les pille en liquidez. Los analistas más realistas reconocen que no tienen ni idea de lo que puede suceder.

Las Bolsas europeas comenzaban con subidas, pese a que Moody's, con nocturnidad y alevosía, rebajaba la calificación crediticia de Portugal nada menos que dos escalones y sólo horas antes de que el Tesoro luso realizara una emisión de deuda a corto plazo, que se resolvió con un incremento del coste de financiación y una reducción de la demanda: la rentabilidad de las letras a un año ha sido de un 4,331%, frente al 4,057% de la emisión anterior, hace dos semanas. La demanda cayó de las 3,1 veces hasta las 2,2. El 60% de la emisión se colocó entre no residentes. En el mercado secundario de deuda, el interés del bono a diez años retomó la senda alcista y tocó otra vez el 7,50%, con lo que la prima de riesgo superaba el 4,40%.

Rescate a Portugal

Según una encuesta realizada por Reuters entre 45 economistas, el 60% creen que Portugal tendrá que pedir un rescate similar al de Irlanda y Grecia. La mayoría cree que ello podría suceder en junio. Sólo el 18% espera algo similar para España. Así, ajena a los problemas de Portugal, el interés del bono español a diez años bajó hasta el 5,17%, aunque la prima de riesgo aumentara ligeramente hasta el 2,08%. Pero es que el vuelo a la calidad, la búsqueda de refugio sigue siendo una constante en el mercado y ello se refleja en la evolución del interés del bono alemán, que bajó hasta el 3,08%, porque los inversores están comprando deuda pública alemana a mansalva.

Otra noticia para apuntarse: Bélgica ha suspendido su emisión de bonos, debido a la continua inestabilidad del mercado. Y eso que la prima de riesgo de la deuda belga ha caído con mucha fuerza en las últimas sesiones. En el Ibex, en cambio, poco antes de la subasta, comenzaron los descensos. Aunque bastante limitados. El mismo efecto se observó en el tipo de cambio euro-dólar: la moneda única comunitaria comenzaba la sesión tentando 1,40 dólares pero, al cierre de la sesión europea, se acercaba a 1,39 unidades.

La banca española actuó como termómetro del riesgo periférico, con BBVA a la cabeza, con un recorte de casi un 4%, seguido de Bankinter, que se dejó un 3,78%. Popular y el Santander, mientras, retrocedieron más de un 3%. Entre los peores valores de la sesión, también algunos del sector de la construcción, como FCC o Ferrovial, que también se dejaron más de un 3%. En positivo únicamente terminaron la sesión tres valores del selectivo: Grifols, que ganó un 1,15%, Indra, que se apuntó un 0,31%, y Ebro, que avanzó un 0,13%. Por la fuerte caída del sector financiero, ayer el Ibex fue de los índices más bajistas de la jornada, con un retroceso del 2,30%. Sólo le superó el Ftse Mib de Milán, que perdió un 2,47%, también perjudicado por el penoso comportamiento del sector financiero: Intesa San Paolo perdió más de un 5% y Unicrédito, más de un 4%. Mientras tanto, el Cac 40 francés retrocedió un 1,90%, mientras que el Dax alemán cayó un 2,01% y el Ftse 100 británico, un 1,70%. El PSI-20 de Lisboa fue el mejor indicador de la sesión, con un descenso del 1%.

Rescate a Portugal

En la agenda macro del día, en Europa, sólo datos de inflación, que subió un 2,4% en febrero en tasa interanual, de acuerdo con lo previsto. Los costes laborales unitarios, mientras, subieron un 1,6% en el cuarto trimestre de 2010, por encima de lo esperado por los analistas, mientras que en España descendieron un 0,3%. Los gráficos que dibujaron los diferentes índices del Viejo Continente fueron muy similares. Tras unos primeros cambios en verde, se mantuvieron con ligeros descensos durante gran parte de la sesión, hasta que, a las cuatro de la tarde, vino el gran batacazo: la Reserva Federal norteamericana anunció la suspensión de su compra diaria de bonos dentro del programa de expansión monetaria como consecuencia de la fuerte volatilidad existente en el mercado.

Aunque, en realidad, fue un cambio de horario porque algo más avanzada la sesión, la Fed comunicó que había adquirido 6.580 millones de dólares en deuda pública. A la vista de la caída de las rentabilidades de la deuda pública americana, posiblemente la Fed se encontrara con muchos competidores, muchos interesados en la toma de posiciones en este refugio. El caso es que el Ibex, con esa noticia, bajó de los 10.300 puntos hasta los 10.082 puntos en cuestión de pocos minutos. Rebotó rápido, pero cerró sólo diez puntos por encima de los mínimos intradiarios que marcó. El movimiento también fue clarísimo en el caso del Dow Jones.

La publicación, antes de esa hora, de varios datos macroeconómicos americanos bastante decepcionantes pasó prácticamente desapercibida. Por ejemplo, los referidos al mercado inmobiliario: el número de viviendas iniciadas en febrero ascendió a 479.000 en tasa anualizada, por debajo de las 566.000 previstas por los analistas, marcando de esta manera su nivel más bajo desde hace casi un año. También decepcionó el número de permisos de construcción, mientras que los precios mayoristas, los precios de producción, subieron un 1,6% en febrero, por encima del 0,7% previsto por los expertos. Sin alimentos y energía, los componentes más volátiles, el avance fue de un 0,2%, de acuerdo con lo previsto por los analistas.

Y, hablando de energía, el precio del crudo recuperó su senda alcista, quizás por el recrudecimiento de la guerra civil libia, en la que Gadafi va ganando posiciones, además de que la situación en Bahrein se complica por la implicación de Arabia Saudí. El caso es que el barril de Brent cerraba la sesión europea cambiándose por más de 110 dólares, mientras que el barril de West Texas volvía a acercarse a los 98.