El Madrid lucha con sus fantasmas

Una final en octavos de la 'Champions' y a mediados de marzo. Cuando se levantó de su asiento en el palco de Gerland para celebrar el gol de Benzema, el único del Real Madrid en sus cuatro visitas a Lyon, Florentino Pérez escenificó lo mucho que se juega su club en esta eliminatoria maldita. El rival es inferior y el 1-1 de la ida de lo más esperanzador para la vuelta en el Bernabéu, pero los blancos se enfrentan a sus fantasmas, a un muro insalvable desde 2004, cuando cayeron con el Mónaco de Morientes en la ronda siguiente.

José Mourinho, vigente campeón con el Inter, tiene que luchar contra el adversario y frente a la presumible ansiedad de sus jugadores, a los que exige la «tranquilidad» e «ilusión» como armas para combatir la obsesión.

El club más laureado del mundo sueña con la décima después de acumular un fiasco tras otro desde que ganó su último título continental con Del Bosque en el banquillo. Cada año un poco más doloroso que el anterior. Tanto decayó el rendimiento del Madrid en Europa que se juega ser cabeza serie en el sorteo del próximo año. Y un buen pellizco económico, ya que caer eliminado significaría perder en torno a 25 millones de euros.

El Madrid no ha conseguido hincarle el diente al Lyon en ninguna de las tres visitas anteriores y todavía se lamenta del 1-1 del curso pasado. Los de Pellegrini habían caído por la mínima a orillas del Ródano, igualaron pronto la eliminatoria gracias a un gol de Cristiano, pero Pjanic arruinó sus opciones a un cuarto de hora del final. Hay sed de venganza ante un adversario que consideraría una hazaña salir con vida de Chamartín. «Será más complicado que nunca», confiesa Claude Puel, un técnico que, al menos de cara a la galería, dice en una entrevista a 'Marca' que sería «mejor y más bonito» enfrentarse a un Real Madrid con Cristiano.

La presencia del portugués en el once titular es la principal incógnita. Mourinho jugó al escondite en la previa. Se trata de un partido grande y no hay por qué dar pistas al adversario. Está recuperado de su problema muscular pero tampoco es cuestión de correr riesgos. Si juega, se abre la incógnita de si mantendrá a Adebayor y Benzema en punta o prescindirá de uno de ellos, seguramente del togolés porque el francés se encuentra en su mejor momento como madridista.

A Mourinho también le preocupa Lisandro, el gran delantero rival, el 'guerrero' que se perdió por lesión la cita de la ida y por quien el Lyon pagó 25 millones de euros al Oporto. El portugués les ha mostrado a sus pupilos un vídeo para persuadirles sobre la peligrosidad de esta fiera y confía en la rapidez de Pepe para frenarle. Es un jugador explosivo, rápido, con pegada y personalidad, que recientemente firmó un 'hat trick' ante el modesto Arles Avignon y anotó un gol en la victoria del sábado contra el Sochaux (2-0).

Lisandro aún tiene cuentas pendientes con Ramos desde que se enzarzaron el año pasado camino de los vestuarios. El argentino recordó el español que en la previa había menospreciado al Lyon al asegurar que el Madrid ganaría 3-0. «Este año nos respetarán más», apunta el 'Chelo' Delgado, otro de los destacados de un Lyon que es peligroso sobre todo a balón parado, donde crece la figura de Gourcuff. Aunque han mejorado en los últimos tiempos y suman un empate y dos victorias desde el primer asalto, los franceses son inferiores al equipo de años anteriores. Juninho Pernambucano, temible en los golpes francos, Malouda y Benzema le daban un plus de calidad, profundidad y pegada. Marchan terceros en su país, a un punto del Rennes y cuatro del Lille.

Para derrotarles al fin, los madridistas apelan a la magia del Bernabéu. Como dice Mourinho, «ahora es el momento de la verdad».