El PSOE conmemora deprimido los siete años de la victoria electoral

Tal día como ayer de hace siete años José Luis Rodríguez Zapatero ganó contra pronóstico sus primeras elecciones generales. La efeméride no pasó inadvertida en la reunión de ayer de la comisión permanente de la dirección del PSOE, a la que no acude el líder socialista, pero no para algarabía y regocijo de los reunidos sino para constatar lo delicado de su situación. A un año de las elecciones generales no saben quién será su candidato, aunque el secretario de Organización dijera que Zapatero es su «candidato natural»; a la vuelta de la esquina hay unas elecciones municipales y autonómicas para las que pintan bastos; y su líder se enfrenta a la operación de desgaste más dura que se recuerda. No había, pues, mucho que celebrar.

Los socialistas no logran salir del bucle en que se han metido con la candidatura de Zapatero. Las declaraciones públicas para urgir al presidente del Gobierno a que se decida han perdido fuerza, pero en privado no hablan de otra cosa. Nadie sabe nada a ciencia cierta y todo son especulaciones más o menos bien fundadas.

La impresión más extendida es que no se presentará a un tercer mandato, pero no hay certezas. El responsable de Organización y portavoz del partido, Marcelino Iglesias, preguntado una vez más sobre el asunto, se limitó a decir que Zapatero es «el candidato natural» del PSOE porque es el secretario general y presidente del Gobierno. En pocas palabras, las generales de la ley.

Iglesias, todo cautela, informó que el comité federal que aprobará el programa para las elecciones autonómicas y municipales se reunirá el 2 de abril, y no el 26 de marzo como estaba previsto porque Zapatero participa en un Consejo Europeo en Bruselas el 24 y 25 de marzo, con una amplia agenda sobre el pacto del euro que hace prever que la cita de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión se prolongue. La fecha del 2 de abril y la suspensión del acto de Vistalegre del día siguiente dio pie la semana pasada a que se interpretara que el mitin de la plaza de toros madrileña fue cancelado por sorpresa porque Zapatero iba a anunciar en el comité federal de la víspera su decisión de no ser el candidato del PSOE en 2012 y no tenía sentido, por tanto, organizar un acto electoral festivo.

Una interpretación desmentida con rotundidad desde la dirección del partido, pero que no acaba de convencer a muchos socialistas.

El secretario de Organización tampoco arrojó hoy luz sobre este asunto, dijo que el único punto del orden del día del 2 de abril es la aprobación del programa. «No hay ninguna previsión más», se apresuró a comentar, aunque a renglón seguido asumió con resignación que, tal y como están las cosas, todo el mundo es «libre» para especular sobre lo que pueda ocurrir ese día.

Similar a otras campañas

Iglesias se esforzó en asegurar que la presencia de Zapatero en la campaña se desarrollará con normalidad, y que su participación será «similar» a la de anteriores. Es decir con mítines de fin de semana en la precampaña y una actividad mayor en mayo. El presidente del comité electoral del PSOE, José Blanco, presentará el 29 de marzo, un día después de que se convoquen los comicios, la campaña de su partido, que aún tiene huecos de fechas porque depende en buena medida de la agenda del presidente del Gobierno.

Esa es la razón, aseguran fuentes socialistas, de que todavía no se conozca todo el calendario y no los supuestos reparos de algunos barones a contar con Zapatero en los actos de su territorio. «Eso es una imbecilidad que no se cree nadie y solo la alienta el PP», afirmó un alto dirigente socialista.

De momento, el PSOE solo ha confirmado la presencia del presidente del Gobierno en un puñado de actos electorales: el primero será en Cartagena el 3 de abril, el día que se preveía para el acto de Vistalegre, y tiene citas ya cerradas en Alcalá de Henares, Albacete, Extremadura, Valencia, Zaragoza, Sevilla, Barcelona y Madrid.