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«Y la señora me dijo: ‘¿pero el niño vota?’»

Pablo Pineda, un Down con carrera, pide que no les llamen «angelito ni pobrecito ni esas cosas»

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Pablo Pineda Ferrer (Málaga, 1975) es el primer español con síndrome de Down que ha terminado una carrera (Magisterio de Educación Especial). También ha sido premiado con la Concha de Plata al mejor actor en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián de 2009 por su participación en la película ‘Yo, también’, donde encarna a un personaje que guarda numerosas similitudes con él mismo, un chico con Down que se enamora de una compañera de trabajo (Lola Dueñas) que no le corresponde. La diferencia entre ambos es pequeña; apenas un cromosoma. La película, lejos de ser un pastelón, aborda el difícil romance con mucho humor.

Pablo Pineda sabe que su caso, como actor y como universitario, es excepcional. Esa capacidad y preparación le convierten, como él mismo dice, «en una persona totalmente capaz ante la Ley... mientras no se demuestre lo contrario, je, je, je». Un hecho que le ha colocado en situaciones tan chocantes como el día en que se dirigió por su cuenta a su colegio electoral. «Recuerdo que fue hace cuatro años. Iba a meter el voto en la urna, cuando, una señora que estaba en la mesa me dijo: ‘¿ah, pero el niño vota?’ No le contesté porque no quería liarla. ‘El niño, el niño...’ y tenía 31 años cumplidos», protesta. «Respecto a nuestros derechos la situación es ambivalente. Está claro que tenemos derechos, es políticamente correcto decir que los tenemos, claro que sí. Pero cuando queremos ejercerlos ocurre lo que me pasó a mí a la hora de ir a votar. Causamos sorpresa».

Pablo Pineda tiene claro que, tras las inhabilitaciones, se esconde en la mayoría de los casos el interés de los padres o tutores por proteger a sus hijos de agresiones externas y no una voluntad de incapacitarles para la vida en sociedad. «Es cierto que esas decisiones coartan tu libertad. Pero también son un mecanismo de protección. Hay menos libertad, pero la incapacidad te protege ante cualquier intento de daño, estafa y manipulación», sostiene Pineda.

Afán de sobreproteger

«Por regla general, nuestros padres suelen ser mayores y tienden a sobreprotegernos por miedo a la hostilidad de la sociedad. Pienso que hay que romper esa tendencia. Podemos hacer muchas cosas. Esa es mi lucha. Aunque Roque y María Teresa, mis padres, son la excepción porque ellos me han dado plena autonomía desde siempre», sonríe Pablo Pineda. «El futuro de los síndrome de Down –razona– está en los padres, ellos sí que pueden cambiar nuestro mundo. Y yo soy un altavoz para todos ellos. La película ‘Yo, también’ ha hecho más visible al colectivo de los síndrome de Down. Me gustaría daros algunos consejos:no nos tratéis como si fuéramos niños, por favor. El trato lastimero hacia nosotros debe desaparecer por completo. Somos personas adultas. Nada de ‘pobrecito’, ‘angelito’ y cosas de esas. No hace falta un trato ni un lenguaje especial: somos uno más», remacha.

«¿Cuál es mi situación legal?», se pregunta Pineda. «Puedo votar y he votado desde los 18. No sé si me puedo casar... porque no tengo novia. Puedo disponer del dinero que gano dando clases de formación a empresarios. Uso mi tarjeta de crédito y mi cartilla libremente. ¿Hacer testamento? No tengo hijos y soy muy joven todavía, aún no he vivido lo suficiente», señala.