EL EURO POR BANDERA
Actualizado:Siempre que algunos países llegan a un acuerdo es porque ha surgido algún equívoco entre ellos. Ahora que la eurozona, que está en parte devastada, va a lograr un acuerdo para estabilizar la moneda común. El euro es nuestra bandera, que también es de tela, aunque esté en tela de juicio, ya que sigue en duda su éxito comunitario. La señora Merkel, que es el hombre fuerte de Europa, quiere salvarlo y no repara en nuestros sacrificios. Hay que fomentar la competitividad, que es algo que nos obliga a ser mejores que los otros, aunque no tengamos ganas de superarles. En vez de hacernos alemanes, que sería la solución, nos va a hacer la puñeta presionando sobre Grecia, Portugal, Irlanda y España. Es el llamado 'Pacto del euro', que pretende estabilizar la moneda única. Sálvese quien pueda, si es que no queremos ahogarnos todos y sumergirnos en el fondo de rescate.
Es curioso que se quiera vincular a los salarios con la productividad en un momento en el que escasea el trabajo. ¿Cómo vamos a partirnos el pecho laboral si no tenemos nada que hacer? No es que mucha gente no esté por la labor: lo que ocurre es que no tiene horario, ni destino, ni siquiera un jefe de personal que haya sido anteriormente jefe de un campo de concentración. En España va a llegar un momento en el que no se pueda sancionar a nadie por su falta de puntualidad porque cada vez son menos los que están obligados a comparecer a una hora fija. Para entrar no hay tumulto, gracias en buena parte a la economía sumergida, pero la hora de salir es libre.
Hay que defender el euro con el mismo ímpetu que lo hacen quienes lo acumulan. Aunque la bolsa esté menguada, la vida depende de él. No queremos que nos rescaten, sino rescatarnos. Volver a la peseta, con la frente marchita y los bolsillos vacíos, sería catastrófico. O dimitimos, como el Dalai Lama, o pasamos por el purgatorio, que según la topografía de Su Santidad el Papa Benedicto XVI, no es un lugar, sino un estado de ánimo.