Obama se resiste a una acción armada
NUEVA YORK.Actualizado:Persevera la cabeza fría en la Casa Blanca, pese a que los arranques del corazón y los intereses políticos y económicos piden una intervención militar en Libia para atajar la guerra civil que devora a los opositores de Muamar Gadafi. El presidente Barack Obama recordó ayer que tanto el establecimiento de una zona de exclusión aérea como «cualquier otra opción militar tiene que ser muy bien pensada».
«No he descartado ninguna opción en este momento -insistió- pero me tomo muy en serio asegurarme que cualquier decisión que involucre a las fuerzas armadas estadounidenses está muy bien pensada, en consulta con el secretario de Defensa, (Robert) Gates y el jefe del Estado Mayor, almirante (Mike) Mullen. Cada vez que envío tropas a una situación potencialmente peligrosa sé que involucra riesgos y consecuencias. Mi trabajo como presidente es asegurarme de que hemos considerado todas esas opciones».
Si de consultar con los militares se trata, no encontraría fisuras. Los generales no quieren entrar en un tercer conflicto armado en el mundo árabe. Según los expertos, solo para custodiar el espacio aéreo libio se necesitarían cientos de pilotos y muchos más cazas de los que lleva un portaaviones.
Preguntas difíciles
Por eso se dedican a plantear sobre la mesa las preguntas difíciles con el objetivo de arrojar «claridad a la misión» potencial. ¿De dónde saldrían esos recursos militares? ¿Están dispuestos los países árabes a mandar a sus aviones? ¿Qué pasará si la zona de exclusión aérea no logra detener la brutalidad de Gadafi? ¿Hasta dónde está el gobierno dispuesto a llegar? ¿Se interviene por razones humanitarias para salvar a la población civil o políticas para apoyar a una de las partes en esta guerra civil? Irak sirve para recordar lo que puede ocurrir si se entra en un conflicto sin tener claro el plan de salida.
Obama insiste en que Gadafi está «más aislado que nunca» gracias a las sanciones de la ONU y el embargo de armas. «Le estamos apretando la soga lentamente». Pero eso mismo se le podría aplicar a él. Ya no son solo los republicanos los que apuestan a la ligera por un nuevo frente, sino pesos pesados de su partido, como el senador John Kerry, el exembajador ante la ONU Bill Richardson y el expresidente Bill Clinton, los que apoyan la maniobra militar. «Yo no lo haría si no lo hubieran pedido, pero si sus líderes están en televisión suplicándolo, creo que deberíamos hacerlo», explicó el marido de la secretaria de Estado.
Obama, en concierto con la UE, se limitó a anunciar la decisión de nombrar un representante permanente para dialogar con la oposición libia y determinar fórmulas para ayudarles. A su juicio, «la comunidad internacional no puede permitir que se repita algo como lo que pasó en los Balcanes en los 90 o en Ruanda», pero está decidido a agotar todas las opciones antes de llegar a la vía militar. «Vamos a tener que seguir presionando» a Gadafi, concluyó.