El Ejecutivo cree que Sortu debe superar «la prueba del tiempo»
MADRID.Actualizado:El Gobierno no desprecia los pasos dados por Sortu para marcar las distancias con ETA, pero cree que son insuficientes y, lo que es más grave, aún no sabe si a sus dirigentes les impulsa la apuesta sincera por las vías políticas y el final del terrorismo o se trata únicamente de una pose para estar en mayo en las urnas a toda costa.
Como ayer explicó Ramón Jáuregui, portavoz por un día del Consejo de Ministros, «la democracia tiene derecho a dudar» de los herederos directos de un partido ilegalizado por ser el brazo político de ETA y, según también dio a entender, esta desconfianza podría dejar a las nuevas siglas fuera del Registro de Partidos y de las elecciones municipales del 22 de mayo. Aunque esa es una decisión que está en las manos exclusivas de la Sala Especial del Tribunal Supremo, el ministro de Presidencia aclaró que, mientras el terrorismo persista y la banda no anuncie su disolución, Sortu no sólo «tiene que romper con la violencia» sino hacerlo «con una posición constatable, fehaciente, irreversible».
En definitiva, el ministro entiende que para convencer a los tribunales y a la sociedad de la irreversibilidad de su alejamiento de ETA deberá sufrir «la prueba del tiempo» o, lo que es lo mismo, seguir por el camino iniciado pese a ser excluido de los comicios, cuando ya no tenga nada inmediato que ganar.
Jáuregui indicó que, como ya dijo el jueves el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, no basta con rechazar, tras una semana de silencio, planes fallidos para atentar contra el 'lehendakari', porque la filosofía de fondo es que «con violencia no puede haber política» y la única «vía segura» para romper el círculo vicioso, para que la izquierda 'abertzale' retorne a la legalidad, es «el fin de ETA». Pese a todo, el ministro, que aseguró que su Gobierno y Patxi López comparten de forma total la estrategia y las opiniones sobre Sortu, indicó que los radicales tienen ahora su oportunidad: «Convencer a los tribunales de que rompe con la tradición de 25 años del brazo político de ETA».