Putin suma apoyos en su intento de recuperar la Presidencia
El magnate Deripaska sigue sin lograr hacerse con el control de la compañía Norilski Nikel
CORRESPONSAL. MOSCÚ Actualizado: GuardarFalta un año para que se celebren las elecciones presidenciales en Rusia y la élite del país no parece tener aún claro si el cetro debe continuar en poder del actual presidente Dmitri Medvédev, debe ser devuelto a Vladímir Putin, que ahora ocupa la jefatura del Gobierno, o debe ir a parar a otras manos. Cada uno mueve sus hilos y, según los analistas, algunos de los grandes magnates del país ya se han decantado a favor de uno u otro candidato.
Tal sería el caso de Oleg Deripaska, principal accionista de grupo Rusal, el mayor productor mundial de aluminio. Deripaska, a quien se le atribuye una estrecha vinculación con la mafia durante la década de los 90, es un hombre próximo al primer ministro ruso y estaría tratando de facilitarle el camino de vuelta al Kremlin.
La operación incluye la toma de control de Norilski Nikel, el principal productor global de níquel, para fusionarlo con Rusal y crear así un descomunal consorcio. Con el apoyo de ese hipotético monstruo y con la del gigante energético Gazprom Putin sería imbatible.
El problema es que por medio se ha metido Vladímir Potanin, patrón de la empresa rusa Interros, que posee el 30% de las acciones de Norilski Nikel. Deripaska, por su parte, controla sólo el 25% de las acciones. Se las compró a Mijaíl Prójorov y aún le debe el importe de la transacción. Deripaska, sin embargo, confiaba en poner de su lado a una parte suficiente del accionariado de Norilski Nikel a fin de ponerse al frente de la compañía. Sin embargo, en la reunión de la Junta General de Accionistas, celebrada este viernes en Moscú, tal objetivo no se ha conseguido.
Lucha de poderes
El resultado de la votación para elegir los órganos directivos de Norilski Nikel acaba de tener lugar. El resultado no se hará público hasta el lunes, pero, según fuentes no oficiales consultadas por este periódico, Potanin seguirá mandando. Tendrá cinco puestos en el Consejo de Directores contra cuatro Deripaska y cuatro representantes “independientes”, en total trece.
Se ha hecho, sin embargo, una importante concesión a Deripaska. A la cabeza del Consejo de Directores de Norilski Nikel estará Alexánder Voloshin, una figura de compromiso que ya ocupó el mismo cargo en 2008 y que fue jefe de la Administración del Kremlin en la época de Borís Yeltsin. Los expertos vaticinan que el pulso entre Deripaska y Potanin no ha hecho más que comenzar y que la próxima reunión de la Junta General de Accionistas de Norilski Nikel, que tendrá lugar en junio, podría deparar sorpresas. A comienzos de febrero, Potanin intentó sin éxito adquirir un paquete de acciones de Rusal para arrebatar a Deripaska el liderazgo.
En una entrevista publicada esta semana por el diario ruso Védomosti, Potanin se quejaba de los métodos “agresivos” de Deripaska, de la falta de ética en las reglas del juego dentro del mundo empresarial ruso en su conjunto y del nefasto clima que reina en Rusia para los inversores. También de la excesiva injerencia del Estado en la economía.
El mes pasado, el viceprimer ministro ruso, Ígor Sechin, anunció que “el Gobierno no se inmiscuirá en el conflicto abierto dentro de Norilski Nikel” entre Potanin y Deripaska. Éste último no participó hoy en la Junta General de Accionistas por encontrarse acompañando a Medvédev en un viaje oficial a la república autónoma de Jakasia (Siberia). El presidente ruso visitó una de las filiales de Rusal y recriminó a Deripaska el descenso registrado en las ventas de aluminio a causa de la subida injustificada de los precios.