Multitudinario inicio de Cuaresma
La recuperación de la cruz de plata portando al Santo Crucifijo, lo más destacado de un miércoles de ceniza inolvidable Primeras jornadas de besamanos y besapiés en las cofradías de la ciudad
JEREZ. Actualizado: GuardarIntenso, histórico. Solemne. Todos los calificativos se quedan cortos para definir la primera jornada de una Cuaresma que apunta altos vuelos en lo que al trabajo de mayordomía se refiere, gracias al interés que la mayoría de hermandades están poniendo en sus altares de cultos. Si el pasado viernes San Lucas o San Juan de los Caballeros fueron ejemplo de grandeza y elegancia, ayer templos como Capuchinos o San Miguel no se quedaron a la zaga.
De hecho, la mayor sorpresa fue acercarse a la capilla del sagrario de la parroquia que rige Ángel Romero Castellanos, que registró un lleno absoluto durante toda la jornada gracias a las dos eucaristías con imposición de ceniza que tuvieron lugar a las nueve de la mañana y a las ocho de la tarde, al rezo del Angelus a las doce de la mañana y a las seis de la tarde con las vísperas. Todo ello para dar contenido espiritual a un besapiés con tintes históricos gracias a la recuperación de la cruz de guía, en plata de ley, que sirvió de perfecto soporte para un crucificado que lució imponente sin potencias y sin corona, tal y como lo trazó en su mente José de Arce. El templo, a rebosar durante todo el día, contempló también el nuevo altar de cultos que lució María Santísima de la Encarnación, con la cruz de diario del Santo Crucifijo completada con un sudario rememorando la soledad de María al pie de la cruz, y luciendo la corona de oro, obra de Marmolejo, que porta la dolorosa cada Madrugá. Apuntes que se vieron terminados con las bandejas de plata que la hermandad lucía antaño en los altares de culto de la cofradía, propiedad de la familia Domecq, así como de los paños de bocina y demás elementos mas propios de otro siglo que del actual.
Si en San Miguel se vivió la grandiosidad, en San Francisco se vivieron de nuevo momentos de austeridad y devoción frente al Señor de la Viacrucis. Con la sencillez que caracteriza a la corporación que preside Juan Lupión, la imagen se mostró en toda su humanidad en la capilla del Voto de la iglesia conventual, con María Santísima de la Esperanza como testigo de excepción. Primer besamanos por tanto de este nuevo dirigente, que apenas ha tomado posesión de su cargo como hermano mayor, y que tiempo tendrá para dotar a la cofradía de su personalidad tras los intensos años de Francisco Barra al frente de la cofradía de San Francisco.
Por Capuchinos, la Sagrada Mortaja demostró de nuevo que quiere ser distinta, original, singular. Que quiere hacerse notar gracias al buen gusto, a la preocupación por la estética, a las formas por encima del fondo, que también lo tiene, y muy consolidado. Un besamanos sobrio, pero elegantísimo, que nos mostró la desnudez del cuerpo de Jesús descendido de la cruz, con las lágrimas de María al verlo muerto en el sudario. Un exorno floral destacado, una composición vertical y estudiada, y una dolorosa que cuando salga en la Semana Santa de Jerez se hará un hueco inmediato entre las de tronío de nuestra Semana Mayor.
Otras alternativas pasaron por el Señor de los Trabajos, o por el Eccehomo en la parroquia de San Pedro, que pese a ser imágenes menos conocidas en nuestra ciudad, también consolidaron el trabajo de las mayordomías de unas corporaciones que se han dado cuenta de la importancia que tiene dar culto a Dios en tiempos de crisis, de ataques al mundo religioso, de crisis de valores. Las cofradías han entendido que mediante estos actos, pueden dar testimonio de su fe, y en consonancia están actuando. Es de esperar que el próximo domingo se mantenga la tónica, y mucho más cuando hay besamanos tan importantes como el del Nazareno, Clemencia, Soberano Poder, Amor y Sacrificio o el Amparo.