Wenger le dijo a Guardiola que felicita al árbitro. :: EFE
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Wenger despierta al monstruo

La negativa a dejar salir a Cesc, la mentira sobre la lesión de Van Persie y el 'robo' de Jon Toral enrabietaron a Guardiola y sus pupilos El Barça parecía dormido en las últimas semanas, hasta que apareció el francés

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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El Barça recuperó su identidad en el mejor escaparate posible y ante la mirada de todo el mundo. Por cuarto año consecutivo se clasificó para los cuartos de final de la Liga de Campeones, esta vez con un punto de sufrimiento que además ha servido para despertar al monstruo que el equipo azulgrana llevaba dentro. La exhibición futbolística llevada a cabo ante el Arsenal no puede ser empañada ni por la rigurosa expulsión de Van Persie con 1-1 en el marcador, porque hasta la prensa inglesa reconoce que llegar hasta el minuto 56 con ese resultado era un milagro para los 'gunners'. Además, ya se habían visto beneficiados anteriormente por el suizo Massimo Busacca, que no había pitado un clarísimo penalti de Diaby a Messi en la primera parte y que había perdonado la segunda amarilla a Koscielny y quizás la roja al propio Van Persie por una agresión a Alves que le costó la primera amarilla.

Tras maravillar en la primera parte de la temporada con partidos como el 5-0 al Madrid, el Barça se había vuelto como el tópico funcionario en 2011. Seguía sacando los partidos adelante en la Liga, pero como cumpliendo con una rutina. Hasta que apareció Arsène Wenger para motivar a la fiera con su falso señorío.

En el tiempo transcurrido entre la ida y la vuelta de octavos, el francés cometió varias equivocaciones que sólo consiguieron extramotivar a un equipo que al haberlo ganado todo se agarra a cualquier estímulo para volver a apretar los dientes. De lejos venía su oposición a dejar marchar a Cesc. Incluso faltó a la palabra que le había dado al canterano y le puso en contra de la afición. Pocos días después rizó el rizo al presumir del fichaje de Jon Toral, que sigue el camino de Fabregas. A Pep Guardiola le enfadó especialmente el asunto porque su hermano, Pere, es el agente del joven jugador y sabe los atajos que tomó Wenger para llegar a Toral. Y el colmo fue su estrategia de esconder la recuperación de Van Persie afirmando durante las horas previas que el holandés tenía para tres semanas de baja.

A tan evidente falta de 'fair play' se unió un planteamiento de lo más mezquino. Al final, tras el 3-1 y las quejas arbitrales de Wenger, Guardiola desenmascaró al técnico. «Su equipo no ha dado ni tres pases seguidos ni ha tirado a portería ni un sola vez». Ahí queda eso.