«Cuando ingresé en el cuerpo, nosotras solo podíamos ocupar el 5% de las plazas»

La nueva comisaria acaba de llegar al cargo y ya se empieza a hacer con la ciudad. El ascenso en el Cuerpo Nacional de Policía no ha sido fácil. Cuando ingresó apenas se reservaban plazas para el 5% de las mujeres, afortunadamente, el ingreso ya es abierto.

«Me he encontrado de todo a lo largo de mi carrera y en estos seis años como comisario he tenido que afrontar muchas situaciones, pero aparte de eso, no he tenido problemas mayores con mis compañeros ni mis superiores», asegura.

A la hora de analizar la gestión, considera que la mano de la mujer se diferencia de la del hombre. «Nosotras somos menos rudas, pero a veces resultamos más firmes e incluso más estrictas». A pesar del cambio del reglamento, admite que la incorporación femenina ha sido más tardía. También indica que ellas son más exigentes con su trabajo. «Las mujeres que ocupamos estos puestos tenemos que asumir un doble coste: emocional y personal, porque hay que pagar muchas deudas familiares». Sin embargo, considera que «esos retos se aceptan con gusto, por lo que supone desempeñar un trabajo que apasiona».

A la hora de definir su carácter, destaca su fuerza de voluntad, fundamental para superar las dificultades profesionales. «Todas las que estamos en puestos de responsabilidad tenemos que ser fuertes».