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Los alumnos manejan en clase los mismos programas informáticos de contabilidad, facturación o realización de nóminas que suelen emplear las empresas. :: LA VOZ
EDUCACIÓN. IES Rafael Alberti (Cádiz)

La administración como receta laboral

En dos años, los alumnos de este ciclo obtienen conocimientos y experiencia para optar a un empleo

LOLA RODRÍGUEZ educación@lavozdigital.es
CÁDIZ.Actualizado:

Un busto del poeta preside el vestíbulo. La estancia, una amplia sala, se alarga como la cubierta de un velero que distribuye sus dependencias mediante pasillos y escaleras que ahora rugen con las pisadas de adolescentes ansiosos por la tregua del recreo. Hace sólo un instante guardaban silencio y escuchaban atentos el concierto organizado por el departamento de Música. Sones caribeños que transportan a otro mundo en un abrir y cerrar de ojos, como los propios camarotes de este barco, en el que la figura de Alberti se representa en cuadros, fotografías y recortes de prensa. Pasar de un aula a otra supone un cambio en la materia, en el sonido y en el discurso. Y las notas de la trompeta y los instrumentos de percusión se permutan por el tecleo de los ordenadores y las lecciones sobre contabilidad.

El instituto público Rafael Alberti es uno de los que imparten en la Bahía el ciclo formativo de Administración y Finanzas, de grado superior, y el de Gestión Administrativa, de grado medio. El centro también oferta un Programa de Cualificación Profesional Inicial -PCPI- vinculado a la familia de la Administración. Unos cincuenta alumnos componen los dos cursos del grado superior, mientras que en el grado medio rondan la treintena debido al alto índice de absentismo. Son estudiantes de otro perfil, que no han cursado el Bachillerato o han fracasado en la ESO.Entran desde cuarto o bien mediante una prueba de acceso, y pese a que muchos abandonan, los profesores también consiguen recuperar a otros tantos que terminan aprobando y con posibilidades de hacer el grado superior o bien de entrar en el mercado laboral.

Alto índice de contratos

«En la época buena un alto porcentaje de las prácticas en empresas han derivado en contratos. Entre un 60% y un 70% se han quedado. Los chavales hacen un trabajo estupendo y el grado de satisfacción suele ser alto. Ahora es más difícil, por la crisis y porque existe una especie de psicosis y no se contrata a nadie. Pero también se quedan algunos». Charo Gómez, Victoria Ochando y Alberto Revilla, profesores, explican que las asesorías, consultorías y notarías son los principales focos de captación de prácticas. Pero el Rafael Alberti también mantiene convenios con otras empresas privadas como Dragados, Navantia, Harinera Vilafranquina, etc. «La oferta de plazas se ajusta a las necesidades del mercado y en los años del 'boom' del ladrillo hubo un aumento de contratos. Pero hemos visto como eso se desinfló. Ahora la crisis y su efecto dominó afecta a todos los sectores y eso repercute en las salidas laborales de los alumnos».

El instituto también tiene acuerdos para la realización de prácticas con las administraciones públicas, como los ayuntamientos, las distintas delegaciones provinciales de la Junta de Andalucía o la Diputación, donde dentro de tres semanas esperan a Almudena Bernal, de diecinueve años. «Estoy nerviosa, pero tengo muchas ganas de empezar. Será mi primer contacto con el mundo laboral». Como casi todos los jóvenes que estudian un ciclo formativo en lugar de una carrera universitaria, Almudena espera tener más posibilidades de encontrar trabajo. «Pero no creo que por cursar un grado superior, con experiencia práctica, lo tendré mucho más fácil. Y menos ahora».

Por eso, no son pocos los alumnos que, como Almudena, se plantean continuar sus estudios en el grado de Administración y Dirección de Empresas de la Universidad de Cádiz. Son cuatro años más, aunque el título de grado superior se convalida con sesenta créditos, lo que equivale a casi un curso entero. Pero el camino no se allana únicamente para esta titulación, sino también para otras como Relaciones Laborales o Turismo.

Engrosar el currículo

Con solo diecinueve años, un alumno del grado superior se encuentra en la situación perfecta para ampliar su formación. La Universidad es la punta de lanza de un amplio abanico de posibilidades en el que la informática y los idiomas son las opciones más apetecibles para engrosar el currículo. «Esperanzas tengo, pero la situación es difícil para todos. Aunque nosotros contamos con la ventaja de obtener una buena preparación en solo dos años, y con el valor añadido de las prácticas laborales». El destino de Jara Ostúa, que también tiene diecinueve, es la gerencia de Urbanismo de su ciudad, Chiclana. «Nunca he trabajado. Será mi primer contacto con ese ámbito y tengo algunos nervios, y miedos. Pero espero que la experiencia sea muy positiva». Las alumnas señalan, entre los huesos más duros de roer, las Matemáticas, que se imparten aplicadas a las operaciones financieras. También la Administración y la Contabilidad, que presenta un amplio temario con poco tiempo para asimilarlo. Los profesores explican que la formación abarca toda el área laboral: elaboración de contratos, nóminas, seguridad... Además del ámbito de la fiscalidad -impuestos-, contabilidad... Todo aplicado a la realidad de una empresa mediante la utilización de los mismos programas informáticos que normalmente se utilizan en el día a día de una compañía.

Y si las Matemáticas y la Contabilidad son los módulos más difíciles para los alumnos, entre las cuentas pendientes se encuentran los idiomas, que restringen las posibilidades de los alumnos que desean realizar prácticas en el extranjero. «Existe un proyecto para incluir los idiomas como asignaturas en los ciclos formativos. Por regla general, los gaditanos tienen pocas ganas de salir fuera, pero si además no manejan con soltura el idioma, menos aún. Y a los que sí muestran buena disposición por viajar, les frena mucho eso».