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8 de marzo, 22 de mayo

Día Internacional de la Mujer y día de las elecciones municipales, los partidos políticos deben reflexionar sobre la importancia de ambas fechas para las mujeres y la ciudadanía

Teresa Agudo López
Actualizado:

El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, fecha simbólica pero trascendente. Y el 22 de mayo se celebrarán las elecciones municipales y se constituirán posteriormente los nuevos ayuntamientos y diputaciones.

Ambas fechas están relacionadas, y mucho, en este 2011. Por ello no estaría de más que quienes, en los partidos políticos, van a decidir sobre las listas electorales, sobre las portavocías de los grupos municipales y provinciales y sobre la composición de las juntas o comisiones de Gobierno y las Delegaciones municipales y provinciales, hicieran una pequeña reflexión en este 8 de marzo, simbólico sí, pero enormemente importante no sólo para las mujeres sino para toda la ciudadanía.

Y esa reflexión debe comenzar por la lectura de la Constitución y la Ley. No se trata de que las mujeres tengan presencia en los plenos municipales o provinciales sino en el ejercicio de la función para la que han sido elegidas, en el ejercicio del poder. La paridad debe llegar a todo el contenido del art. 23.2 de la Constitución: acceso, permanencia, funciones, designaciones de cargos públicos, lo que hasta la fecha no se ha llevado a cabo.

Al poder político no se accede por oposición, pues de ser así, las mujeres superarían con creces el límite máximo del 60% marcado por la Ley. Se trata de que la paridad llegue no sólo a los plenos de los Ayuntamientos y Diputaciones, sino a los órganos de gobierno y a la administración y distribución del presupuesto municipal. En definitiva, que las mujeres, como servidoras públicas, tengamos, cuando menos, la gestión y administración del 50% de los presupuestos de los ayuntamientos y diputaciones.

Varones políticos que decidís cuándo, cómo y dónde deben estar ubicadas las mujeres, aprovechad el 8 de marzo, sentaos frente a una gigante pantalla en la que podáis leer, con precisión y claridad, que las mujeres y los hombres somos iguales en dignidad humana, en derechos y deberes, en el acceso al poder, entendido como servicio público, como servicio a la ciudadanía, y no como empleo vitalicio.

Las estadísticas cantan. El 69.15% de las concejalías están ocupadas por varones, mientras las mujeres ocupan el 30.85%. En las diputaciones el porcentaje de mujeres desciende al 27.8% frente al 72.2% de hombres. El 85.14% de las alcaldías la ocupan hombres, el 14.86% mujeres. Sólo el 13.95% de mujeres son Presidentas de Diputaciones. Y es igualmente llamativo que en las áreas que tanto en Ayuntamientos como en Diputaciones tienen la administración del mayor presupuesto, como Urbanismo, Economía y Hacienda, Medioambiente, Obras públicas, Promoción económica y fomento del empleo, Deporte, el porcentaje de mujeres no llega globalmente al 25%.

Si no miráis esa gigante pantalla me temo que las mujeres no nos vamos a callar. Vamos a alzar nuestras voces manifestando basta ya de que la población activa de mujeres sea infinitamente inferior a la de los hombres, de que los consejos de administración de las sociedades estén participados por un escuálido 8% de mujeres, de que el desempleo se esté cebando con las mujeres y de que la masculinización de la riqueza y del poder va en aumento.

Sentaos frente a esa gigante pantalla el 8 de marzo no vaya a ser que las mujeres nos rebelemos contra el incumplimiento de la Constitución y las leyes, contra la discriminación tan directa como la que hemos soportado año tras año. Las mujeres queremos y debemos gestionar y administrar los presupuestos públicos dedicados al urbanismo y obras públicas porque sabemos de qué hablamos, cómo deben configurarse los espacios públicos y las viviendas para el disfrute de todas las personas, no sólo de quienes no utilizan el carro de la compra, el cochecito de los bebés, las sillas de ruedas de las personas dependientes, la distribución de las habitaciones de las viviendas. Las mujeres queremos gestionar y administrar los presupuestos públicos dedicados al medioambiente, porque sabemos de qué hablamos, sabemos cómo se utiliza el agua en las viviendas, la electricidad, el consumo de alimentos. Las mujeres queremos gestionar y administrar la Economía y la Hacienda de los Ayuntamientos y las Diputaciones, porque, entre otras cosas, somos grandes economistas. Y queremos hacerlo en paridad, no en exclusividad, compartiendo, trabajando en equipo, pero queremos hacerlo, debemos hacerlo.

Reflexionen ustedes varones políticos el 8 de marzo de cara al 22 de mayo, pues las mujeres estamos ya cansadas de tanta cesión. Y, reflexionen también, ustedes mujeres políticas, el 8 de marzo de cara al 22 de mayo, para exigir y reivindicar lo que les corresponde, no acepten ni se conformen con migajas, no les están regalando nada, es simple y llanamente la distribución del poder, y, en su consecuencia, la gestión y administración de los fondos públicos, entre mujeres y hombres, la consecución de la plena democracia.