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Interior de la Bolsa de Madrid. / Archivo
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Wall Street devuelve al Ibex a la realidad

La Bolsa cierra con un leve descenso del 0,03%, para dar un último cambio en los 10.495,70 puntos

CRISTINA VALLEJO
MADRIDActualizado:

Durante gran parte de la sesión, la sensación de lo que ocurría en los mercados era bastante rara. Simplemente, porque subía todo: tanto los activos refugio como los más arriesgados, es decir, tanto el oro y la plata, que marcaban máximos, como las acciones. Y, mientras, las primas de riesgo de los países periféricos, sobre todo de Portugal, Grecia e Irlanda, se ampliaban, y el precio del crudo continuaba su escalada, factores que, en principio, son incompatibles con una Bolsa alcista. Algo raro, muy raro, sucedía.

No había que olvidar, además, que el viernes, tras el cierre del mercado, Fitch había revisado la perspectiva de la deuda española desde "estable" a "negativa", en un movimiento que se adivina antesala de una rebaja de "rating". Pero es que, además, a primera hora de la mañana, Moody's rebajaba la calificación crediticia de la deuda griega nada menos que tres escalones hasta el nivel de "altamente especulativa", lo que disparaba el interés de los bonos portugueses, irlandeses y griegos. Los dos primeros, hasta máximos en su plazo a diez años, en el 7,56% y el 9,43%, respectivamente.

En los terceros, hasta el 12,33%. En los griegos, el efecto fue mucho más escandaloso en los plazos más cortos: la prima de riesgo del bono a dos años aumentó un 0,42%, hasta los 1.417 puntos básicos; mientras que el "spread" de los cinco años, subió un 0,20%. En la deuda portuguesa, también se vio tensión en el bono a cinco años, por el que el mercado exige una rentabilidad similar a la del diez años.

Los bancos de inversión, además, publicaban múltiples informes contradictorios: mientras Saxo Bank aseguraba que Europa vivirá otra crisis de deuda, Nomura expresaba su optimismo sobre el futuro de la zona euro; y Morgan Stanley consideraba que, por siete razones, España sale definitivamente del grupo de países más débiles: porque sus perspectivas de crecimiento son mejores que las de Portugal, Grecia o Irlanda; porque la reforma laboral ha supuesto un paso importante en la buena dirección; porque la burbuja del mercado inmobiliario se ha corregido en gran medida; porque el sector privado continúa con su proceso de desapalancamiento; porque España es más competitiva de lo que pensamos; porque el Estado está corrigiendo el déficit; y porque, pese a que aún no se sabe cuánto capital necesitarán las entidades financieras, la nueva regulación es lo suficientemente agresiva como para devolver la confianza.

Los inversores parecieron hacer caso a Morgan Stanley, porque el interés del bono español a diez años ni se movió del 5,38%, o lo hizo marginalmente, en algún momento, hasta el 5,40%, mientras que la prima de riesgo se mantiene en el 2,10%.

Pero los mercados parecían instalados en la complacencia derivada de varias operaciones corporativas por valor de 15.000 millones de dólares, la más importante de las cuales era la oferta de LVMH por Bulgari por valor de 3.000 millones de dólares, en acciones.

El Ibex-35 llegó a marcar los 10.622 puntos poco después de la apertura de Wall Street. La superación de los 10.580 puntos, el soporte fatalmente perdido la semana pasada ahora convertido en resistencia, hubiera mejorado mucho el aspecto del selectivo. Pero la Bolsa americana, tras un esperanzador comienzo, se dio la vuelta con brusquedad, lo que fue un verdadero golpe de realidad para los indicadores del Viejo Continente.

El Ibex-35 cerró la sesión con un leve descenso del 0,03%, para dar un último cambio en los 10.495,70 puntos. El Ftse Mib de Milán cerró con un comportamiento similar, mientras el Ftse 100 cayó un 0,28%, el Dax, un 0,24%. El peor fue el Cac 40 francés, que retrocedió un 0,74%. Pero el mercado de divisas apenas se inmutó, dado que el tipo de cambio entre el euro y el dólar se mantenía muy cerca de 1,40 dólares.

La amenaza del crudo

¿Por qué llegó el golpe de Wall Street? En una reunión de consejeros delegados estadounidenses nació la idea de que un crudo por encima de los 110 dólares sí puede penalizar la evolución de la economía. Y el crudo en Wall Street ya se comercializaba por más de 105 dólares el barril, sin que la situación en Libia esté más cerca de su solución, sino todo lo contrario, mientras que en Europa avanzaba hasta los 116 dólares. Y, mientras, diferentes miembros de la Reserva Federal norteamericana continúan enzarzados sobre la necesidad, o no, de mantener, recortar o ampliar el programa de compra de bonos. Así, por ejemplo, Dennis Lockhart, presidente de la Fed de Atlanta, opina que la peor consecuencia de la subida del precio del crudo no es la inflación, sino la posibilidad de una recaída en recesión que la Reserva Federal debería ayudar a evitar con una política monetaria expansiva. Sería la tercera edición de la expansión monetaria o, por sus siglas en inglés, la QE3. Aunque, el presidente de la Reserva Federal de Dallas, Richard W. Fisher, aseguró que estaría dispuesto a votar el recorte del programa actual de compra de deuda.

Las incertidumbres económicas que se derivan de un crudo más caro tumbaron a la Bolsa americana y ésta, a su vez, impidió los avances en los mercados del Viejo Continente. En cambio, parece que las malas noticias sobre la deuda periférica están ya digeridas. ¿O es que quizás los mercados tienen esperanza en la cumbre comunitaria de finales de mes? Aunque hay analistas que creen que no debemos esperar demasiado: el recién elegido líder irlandés, Enda Kenny, ha defendido una renegociación del plan de ayuda, pero Angela Merkel ya le ha dicho que no.

Como ocurrió durante toda la sesión, los valores financieros fueron los que peor se comportaron: BBVA y Santander retrocedieron un 1,35% y un 1,20%, respectivamente. A continuación se colocó Bankinter, que cedió un 1,19%. El Sabadell también cerró la sesión a la baja: recortó un 0,23%.

Además de las entidades financieras, pocos valores más cerraron la jornada en rojo: ArcelorMittal fue el farolillo rojo, con un descenso del 1,49%. ACS, BME, Iberdrola y Red Eléctrica completaron la lista de compañías bajistas.

En el otro lado de la tabla, reinó FCC, con una revalorización del 2,41%, hasta los 22,70 euros, después de conseguir un multimillonario contrato en Argelia. A continuación, Abengoa, Abertis, Amadeus y Ebro, que se apuntaron más de dos puntos porcentuales.

Fuera del selectivo, Urbas fue el mejor valor de la sesión, con un repunte del 8,14%, seguido de Barón de Ley, que ganó más de un 7%. IAG, fruto de la fusión de Iberia con British Airways, que podría entrar hoy en el Ibex, cerró la sesión con un avance del 1,45%. Montebalito, con un descenso del 5,64%, y la Seda de Barcelona, con una caída del 4,65%, fueron los peores valores de la sesión.