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La bailaora estrena en solitario en el Festival. :: J. C. C.
Sociedad

Rosario Toledo debuta en solitario en el Festival de Jerez

La bailaora gaditana estrena un montaje que recurre a los cuatro elementos de la filosofía griega para ensalzar el amor

DANIEL PÉREZ
JEREZ.Actualizado:

Rosario Toledo emprendió hace unos años un camino de «búsqueda personal y artística», y entendió que, para conocerse por dentro, a veces hay que recurrir a lo que otros ya han pensado o han sentido, incluso en el caso de que pusieran sus reflexiones o emociones por escrito en el principio de la era de la razón, cuando todavía agonizaba la del mito. Buceó en el corpus filosófico griego, releyó a los clásicos, y se topó con conceptos válidos para la vida y el flamenco, teorías precarias que encierran algunas mentiras y muchas verdades. A partir de ahí, «llevándose las ideas» a su terreno, inventó junto al coreógrafo Marco de Ana la pieza que hoy estrena en el Festival de Jerez, 'Hay fuego en tus ojos', un espectáculo que aborda un principio de entrada tan complejo como el del devenir del cosmos y su «eterno proceso cíclico de generación y destrucción, de unión y separación, tomando como referencia cuatro elementos básicos y dos fuerzas opuestas». Para ilustrar esta dialéctica, Toledo ha recurrido a cuatro guitarras que la han acompañado siempre a lo largo de su carrera. Del toque de Miguel Iglesias surge «la rabiosa lucha de la inteligencia, simbolizada por el fuego (seguiriyas)». Del pulso de la guitarra de Daniel Méndez, «la libertad y la osadía que nos da el aire (soleá)». De la madurez del joven Keko Valdomero, los vaivenes de vivir, el reino de los sentimientos encontrados, «los anhelos y los temores que fluyen como el agua (cantiñas)». Y de la exquisita técnica de Alfredo Lagos, «la profunda serenidad de la tierra (tarantos)», y el peso de la melancolía y la soledad (bulerías).

El espectáculo se plantea como un cúmulo de experiencias en escena en las que se plasma la fuerza del amor y de sus manifestaciones, entre las que destaca la admiración y complicidad con quienes comparten esa búsqueda, amor entre dos seres, amor a la soledad, amor al baile. Toledo ha contado para la puesta en escena y la coreografía con la dirección de Marco de Ana. Realiza una viaje como apuesta «radical» en el doble sentido de la palabra. En primer lugar, porque se apoya musicalmente en los cuatro pilares del flamenco -cante, palmas, toque y baile- para acercarse a las raíces de nuestra concepción del hombre y del Universo. En segundo, porque es una arriesgada y personal mirada de su concepción del arte.