Los concesionarios y los fabricantes alcanzan un pacto y firman la paz

Fabricantes de coches y concesionarios han decidido enterrar el hacha de guerra. Una paz en la que la mediación del Ministerio de Industria ha sido vital. Casi tanto como la presión que las multinacionales han ejercido en todos los ámbitos, institucionales y políticos, para dejar sin efecto la enmienda número 16 a la Ley de Economía Sostenible (LES), que daba un giro de 180 grados a la regulación de las relaciones comerciales entre marcas y vendedores, y que beneficiaba de forma notable a estos últimos.

Finalmente, todas las asociaciones del sector (Anfac, Aniacam, Ganvam y Faconauto) han acordado dejar sin efecto esa legislación. ¿Cómo? Instando al Gobierno a que, en el plazo más breve posible, se dirija a las fuerzas parlamentarias para que corrijan la situación. Se hará a través de una enmienda a la Ley de Medios de Pago, muy avanzada ya en su tramitación, que dejará en papel mojado el polémico apéndice de la LES.

En esencia, el marcador queda a cero para, a continuación, acelerar una norma sobre contratos de distribución comercial que el departamento de Miguel Sebastián prepara hace dos años. El ministro se ha comprometido a elevar su anteproyecto a las Cortes antes de seis meses. Mientras tanto, el Gobierno presentará al sector de la automoción un código de buenas prácticas. En los últimos días, la tensión se ha disparado en el negocio de la automoción, donde los concesionarios lograron de forma sorpresiva y gracias al apoyo de PP, CiU y PNV el 100% de sus demandas históricas. Eso desató la ira de las multinacionales -que amenazaron con desinversiones- y dejó en una posición incómoda a alguno de esos mismos partidos políticos, con responsabilidades de gobierno de algunas comunidades autónomas con plantas de automoción. Los concesionarios no entienden el paso como una derrota, pues han recibido 'señales' de que alguna de sus peticiones será atendida en base a informes elaborados por Industria.