REFUGIOS DORADOS
¿Dónde van a morir los 'dictadorsaurios'?
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Los 'dictadorsaurios' nunca han sido una especie a extinguir. Crecen como la mala hierba y, cuando soplan buenos tiempos para el pueblo, todos intentan irse volando. Libres, con el buche lleno y un buen cargamento de provisiones para el camino. ¿Qué destino eligen? El que mejor les trate, ya sea por afinidad ideológica, relaciones familiares o simplemente porque hace un tiempo maravilloso y sus gobiernos (como solía ocurrir con Brasil, que acogió a 'Tiranosaurio' Stroessner, exdictador de Paraguay) tienen por costumbre hacer gala de una hospitalidad digna de mejor causa.
Desde Arabia Saudí hasta Marruecos, pasando por Francia y España, nunca les ha faltado un lugar bajo el sol donde disfrutar de las rentas. Si bien es verdad que la banca suiza ha decidido 'congelar' las cuentas de los tiranos para devolver el dinero a los respectivos gobiernos democráticos, todavía no han dado ese paso las entidades financieras británicas y galas. Es decir, que tienen dónde elegir. Por si no bastara, todavía existen dirigentes como Abdalá bin Abdelaziz, rey de Arabia Saudí, que se muestran dispuestos a acoger de mil amores a sujetos como Mubarak, exautócrata en Egipto, y a toda su familia.
«¡Hay gente que abusa de la libertad para inyectar odio destructivo en nuestros países! Es intolerable», advierte Abdalá bin Abdelaziz a modo de justificación. Por eso ha prestado refugio a Zine el-Abidine Ben Ali, expresidente de Túnez, al igual que hizo su antecesor a finales de los 70 con Idi Amin, exdictador de Uganda inmortalizado en la película 'El último rey de Escocia'. El reino de Marruecos tampoco dudó en amparar hace catorce años a Mobutu Sese Seko, tirano de Zaire conocido como 'El Gran Dinosaurio'.
En el caso de España, la sintonía de Franco con la parentela de Rafael Leónidas Trujillo -sátrapa que asoló la República Dominicana hasta 1961- explica que los restos del dictador caribeño hayan ido a parar al cementerio municipal de El Pardo en Madrid. Varios de los descendientes de Trujillo (protagonista de 'La fiesta del chivo' de Vargas Llosa) viven en España y ninguno -que se sepa- es mileurista. Tampoco le ha ido nada mal en Francia a Jean-Claude Duvalier, dictador de Haití hasta 1986; la exmetrópoli le concedió refugio 'temporalmente' y ahí gozaba sin sobresaltos de mansión y fortuna. Hasta ahora. El mes pasado, regresó a su tierra de origen y todo son cábalas. ¿Qué querrá? Muchos temen que nada bueno.