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Un niño de tres años sobrevive tras caer de un séptimo piso

Una antena y unos setos amortiguaron la caída del pequeño, que se encontraba solo en casa con sus hermanos

VALENCIA Actualizado: Guardar
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"Se quedó blanca al ver que el pequeño que había caído junto a ella llevaba la misma camiseta que su hijo". Así relataron testigos presenciales de los hechos el drama que sacudió ayer a una familia: la caída de su hijo de tres años desde un séptimo piso en Valencia. Los hechos, que ocurrieron en el barrio de la Fuente de San Luis, se produjeron alrededor de las siete de la tarde, noche cerrada. Una madre, embarazada de su cuarto hijo, se encontraba cansada, molesta debido a su estado. Pensaba que debía acudir al hospital y bajó a la calle, donde presumiblemente se encontraba su marido.

La idea, según los vecinos, era que se fueran urgentemente al hospital. Pensaba que el parto era inminente. Y justo en ese momento, cuando estaba a la entrada de su casa, su hijo cayó a escasos metros de ella, entre dos bancos y una moto. Unos setos rotos indicaban el lugar de la caída. Otros residentes en la finca relataron que en su caída también chocó contra una antena que sobresalía de la fachada de la vivienda. Estas dos circunstancias, sin duda, amortiguaron el terrible golpe.

De inmediato, el número siete de Severiano Goig se llenó de policía y ambulancias. El Samur atendió de inmediato al menor y lo trasladó al nuevo Hospital La Fe de Valencia. El niño presentaba diferentes politraumatismos, pero ingresó con vida. Al cierre de esta edición, su pronóstico era reservado.

El niño de tres años era el menor de sus dos hermanos, de cinco y siete. En el momento de los hechos, se encontraban los tres pequeños en casa. La víctima tuvo que subirse a algo para que su cuerpo le venciera y se precipitara al vacío. La familia, de etnia gitana, residían en ese piso desde hacía un año, según comentaron algunos vecinos. No obstante, los abuelos del menor residen en el barrio de toda la vida.

Otros casos similares

A lo largo de la última década son muchos los casos de menores que han caído accidentalmente desde sus fincas. Uno de los más sorprendentes es el de el pequeño Alexander. Volvió a nacer el 12 de abril de 2003. En aquel entonces, el niño tenía dos años de edad. El pequeño, que estaba con su hermano de 10 años al cuidado de una niñera, cayó al vacío desde el séptimo piso de una finca de la avenida Reino de Valencia, pero sólo sufrió una fractura de fémur porque un toldo amortiguó el golpe.

En noviembre de ese mismo año se produjo otro milagro con nombre propio: Samanta, una menor de 5 años que sobrevivió a una caída desde un sexto piso en la avenida Peset Aleixandre de Valencia. Su madre estaba visitando a un familiar hospitalizado por un accidente, y la pequeña estaba bajo el cuidado de Guadi, su hermana de 14 años. Cuando los médicos examinaron a la víctima descubrieron asombrados que no presentaba ninguna herida superficial grave. En esta ocasión, un aparato de aire acondicionado en la fachada frenó la velocidad del impacto.

Tres años más tarde, un niño de 4 años se precipitó por la ventana de un primer piso en su casa de Gandia. El pequeño estaba solo en casa. Su madre se había ausentado para ir a recoger a su hermana tras un viaje. La víctima sufrió una fractura de fémur.

Pero no todos corren la misma suerte. Hace dos años, un niño de año y medio perdió la vida al precipitarse desde un cuarto piso cuando jugaba en el balcón de su casa, en la calle Manuel Candela. En esta ocasión, los padres estaban en la vivienda, pero se descuidaron un instante.