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Javier Bardem y Penélope Cruz sonríen en la pasarela ante los fotógrafos. :: MATT SAYLED/AP
Sociedad

LA OPINIÓN DE UN ACADÉMICO

«Es una lástima que la academia no arriesgue más»

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ASÍ SE VOTA

La consagración de 'El discurso del rey' no ha sorprendido a nadie. Su triunfo era tan previsible como la alfombra roja que deben recorrer los artistas o las lágrimas que suelen surcar las mejillas de las triunfadoras de la ceremonia. «Formalmente es muy correcta, pero no es nada brillante», resume el cineasta Borja Cobeaga, uno de los pocos españoles con derecho a voto en los Oscar. Cobeaga forma parte desde 2007 de la Academy of Motion Picture Arts and Sciences (Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood) y participa tanto en la selección de las películas a concurso como en la elección de las galardonadas. «Debemos ser unos 6.000 académicos en todo el mundo y a mi me seleccionaron después de que uno de mis cortos ('Éramos pocos') fuese nominado al Oscar hace cuatro años», aclara el director de 'No controles', estrenada este año

Cobeaga tenía este año un claro favorito, la tercera entrega de 'Toy Story', probablemente la mejor de la saga, aunque era consciente de que las películas de animación tienen escasas probabilidades de optar a los premios 'pata negra'. Entre el resto de las nominadas se decanta abiertamente por 'La red social', una cinta que a su juicio es mucho más valiente que la premiada por la academia. «Las dos películas parten de situaciones anecdóticas, pero 'La red social' arriesga mientras que 'El discurso del rey' sigue unas pautas más previsibles. Con eso -se apresura a puntualizar- no quiero decir que la película de Tom Hopper sea mala, sino que cinematográficamente me parece mucho más atractiva la apuesta de la otra candidata».

Sin pena ni gloria

Nada tiene que objetar el cineasta donostiarra a las elección de Colin Firth y Natalie Portman como mejores actores en las categorías masculina y femenina. «Firth es un actor estupendo y era muy previsible que se llevase el Oscar porque, además, el defecto físico que tiene el protagonista de su película -el tartamudeo- hace que el público se incline aún más a su favor». En cuanto a Portman, añade Cobeaga, su papel en 'El Cisne Negro' justifica sobradamente el galardón. «Desde el primer momento lleva toda la carga de la película».

El académico donostiarra es de los que piensan que la 83 edición de los Oscars pasará posiblemente a la historia sin pena ni gloria. «Lo más probable -reflexiona- es que dentro de unos años nadie se acuerde de una película como 'El discurso del rey' a pesar de que está funcionando muy bien en taquilla y está consiguiendo muy buenas cifras de espectadores, también en España». Cobeaga echa la vista atrás y recuerda algunas obras maestras que obtuvieron el máximo galardón, entre ellas 'Cowboy de medianoche' o 'El Padrino': «Sabemos que no en todas las ediciones se pueden encontrar joyas así, pero da un poco de lástima que la academia no realice apuestas cinematográficas algo más arriesgadas». Añade que la repercusión de los premios es de tal magnitud que las cintas triunfadoras marcan una tendencia que tiene repercusiones en toda la cadena de la industria cinematográfica. «Y eso se termina notando también en lo creativo», lamenta .

El cineasta no pudo presenciar en directo la ceremonia porque un problema de transporte aéreo trastocó todos los planes que se había hecho. De todas formas tiene intención de repasarla para recuperar los momentos que vivió en 2007, cuando su obra 'Éramos pocos' fue candidata al Oscar al mejor cortometraje de ficción. Aún conserva en la memoria fragmentos de aquella experiencia. La sensación, por ejemplo, de atravesar la alfombra roja, «que son apenas cuarenta metros en los que, lógicamente, nadie te para y tienes la sensación de ser un vagabundo pidiendo limosna».

Aunque Cobeaga reconoce que fue tratado entonces con exquisita cortesía por sus anfitriones, tampoco olvida la sensación de haber estado fuera de lugar. «En el almuerzo de los nominados me sentía como Peter Sellers en 'El guateque'. Pasar de estar en casa escribiendo el guión de 'Pagafantas' a aterrizar allí fue un contraste muy fuerte y muy divertido».

Veinte españoles

Cuatro años más tarde se ha convertido en uno de los académicos que marcan con su voto el destino de la industria cinematográfica. La gran mayoría de los integrantes de la academia son de origen estadounidense o británico, aunque en los últimos años se está haciendo un esfuerzo por incorporar a cineastas de otros países. «¿Académicos españoles? Creo que seremos unos veinte».

La vía de acceso a la academia pasa por acreditar una carrera cinematográfica singular o haber sido nominado alguna vez al Oscar. En ambos casos el candidato debe obtener suficientes avales entre los integrantes de la academia, que actualizan todos los años el listado tras la ceremonia.