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Un miembro de las milicias contrarias a Gadafi vigila a tres supuestos mercenarios procedentes de Chad. :: AP
MUNDO

La oposición libia se organiza

Los detractores son conscientes de que el vacío de poder tras la retirada de tropas en el este puede llevar al caos

PAULA ROSAS
RABAT.Actualizado:

La oposición libia, que controla el este «liberado» del país, ha comenzado a organizarse políticamente, conscientes de que el vacío de poder creado tras la retirada de las fuerzas de Muamar Gadafi puede desembocar en el caos. Ayer se anunció la creación de un Consejo Nacional formado por representantes de todas las zonas liberadas del país, y que servirá para dirigir el proceso de transición. Mientras, al oeste de Libia, el cerco se estrecha sobre el régimen, que continúa combatiendo a los rebeldes en la capital y en las ciudades de los alrededores.

«No es un Gobierno de transición, se trata de un Consejo Nacional que tendrá su sede en Bengasi porque Trípoli no está liberada», aseguró ayer Abdelhafiz Hoga, portavoz de la Coalición Revolucionaria del 17 de Febrero, que gestiona desde hace varios días la segunda ciudad de Libia y sus alrededores. Según Hoga, este nuevo Consejo servirá de «ente político que mantenga contacto con el extranjero y con los consejos locales y que se encargue de los asuntos políticos», dijo el portavoz, citado por Efe.

Ayer, sin embargo, surgieron dudas de si la oposición puede encontrarse dividida o de si, simplemente, está aún buscando la forma de coordinarse. La noche anterior, el exministro de Justicia libio, Mustafa Mohamed Abdeljalil, que dimitió durante los primeros días de las revueltas en repulsa por el uso de la violencia contra los manifestantes, anunció en Al-Jazeera la creación de un Gobierno de unidad nacional en el que participarían civiles y militares. El propio Abdeljalil, que se ha reunido en los últimos días con líderes tribales y miembros del Ejército que han desertado, habría sido elegido para liderar este Ejecutivo, que pensaba celebrar elecciones en tres meses.

Sin embargo, los miembros del Consejo Nacional aseguraron ayer que este gabinete no representaba a los libios, y que es demasiado pronto para hablar de elecciones. «¿Cómo se van a hacer elecciones en tres meses si Trípoli no se ha liberado?», se preguntaba ayer Hoga, quien afirmó que el exministro de Justicia hablaba en nombre propio y no de la coalición.

El recién creado Consejo Nacional también ha rechazado cualquier tipo de intervención extranjera en el país. «El resto de Libia será liberado por la gente. y las fuerzas de seguridad de Gadafi serán eliminadas por el pueblo de Libia», dijo ayer Hoga.

Sacrificar su vida

Una fuerza militar rebelde podría estar organizándose en Bengasi bajo el mando de militares desertores para apoyar a los opositores en Trípoli. «Estamos intentando organizar a gente que esté dispuesta a sacrificar su vida para liberar a Trípoli del dictador», según reveló el general de brigada, Ahmed Gatrani, al diario 'The Washington Post'. Un pequeño grupo de esta fuerza habría llegado ya a las afueras de la capital, aunque está encontrando grandes dificultades para entrar.

En Zauiya, a tan solo 50 kilómetros de Trípoli, los rebeldes habrían conseguido ayer hacerse con el control de la ciudad, según dijeron testigos a Al-Jazeera. Los manifestantes han peleado con armas rudimentarias contra los milicianos de Gadafi durante varios días por esta localidad, perdiendo y recuperando el control sucesivamente. Otro de los objetivos de los rebeldes sería Sirte, la localidad natal de Gadafi, hasta ahora en manos del régimen. Según la cadena de televisión catarí, tanques y tropas leales al dictador se habrían desplazado hasta esta ciudad y también a Misrata, bajo control de los rebeldes.

Mientras, la situación en las fronteras con Túnez y Egipto sigue siendo caótica, con miles de refugiados que intentan abandonar el país. Ayer, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) cifró en más de 100.000 el número de trabajadores inmigrantes que han huido de la violencia en el país magrebí. Tanto ACNUR como la Cruz Roja se encuentran muy preocupados por la situación de los refugiados en las fronteras, donde equipos de ayuda humanitaria intentan canalizar la avalancha humana.