Juppé sustituye a Alliot-Marie al frente de la diplomacia gala
Anuncia su decisión tras la polémica generada por su actuación ante la revuelta tunecina y sus controvertidas vacaciones en el país cuando ya habían comenzado las protestas
PARÍS Actualizado: GuardarLas revueltas en el norte de África se han cobrado una víctima indirecta en París. La ministra francesa de Asuntos Exteriores, Michèle Alliot-Marie, ha presentado su dimisión tras la polémica originada por su actuación ante la revuelta tunecina y unas controvertidas vacaciones pasadas en ese país cuando ya habían comenzado las protestas. El actual ministro de Defensa, Alain Juppé, la sustituirá en el cargo.
La renuncia de la hasta ahora jefa de la diplomacia se ha aprovechado para llevar a cabo una pequeña remodelación ministerial, en la que se queda al frente de Defensa Gérard Longuet, líder de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), partido de Sarkozy, en el Senado. Por su parte, el Ministerio del Interior, ocupado hasta ahora por Brice Hortefeux, quedará en manos del secretario general de la Presidencia, Claude Guéant.
En plena presidencia francesa de turno del G20 y del G8, y a 14 meses de las próximas elecciones presidenciales, este cambio se entiende como un intento del jefe de Estado por acallar las críticas. En una alocución de siete minutos difundida por radio y televisión, Sarkozy ha indicado que estas modificaciones tienen lugar ante los recientes cambios experimentados en los países árabes y la necesidad de reorganizar el Gobierno galo para que Francia esté preparada para afrontarlos. "Mi deber es explicar los desafíos y proteger a los franceses", ha dicho en su discurso, en el que ha calificado esas revueltas árabes como "cambio histórico" al que los países occidentales "no deben tener miedo, porque los valores que defienden son los mismos que los nuestros".
En su mensaje ante los franceses, Sarkozy ha alertado no obstante sobre el peligro de que se vuelvan "incontrolables" los flujos migratorios provocados por las "tragedias" vividas en esos países árabes tras las protestas populares contra sus regímenes. "Debemos reaccionar con ambición y estar a la altura de los acontecimientos", ha apuntado el presidente, según el cual Occidente "no debe tener más que un solo objetivo: acompañar a los pueblos que han elegido ser libres y hacer todo lo posible para que la esperanza que acaba de nacer no muera".
Cuestionada su credibilidad
En una carta entregada al presidente Sarkozy, Alliot-Marie se declara víctima de una campaña política y mediática contra su figura y apunta que tiene "una idea demasiado elevada de la política al servicio de Francia" como para aceptar ser utilizada como pretexto para que se debilite la política internacional del país. "Pese a tener la sensación de no haber cometido ninguna falta, he decidido renunciar a mis funciones", indica en la misiva difundida por el Ministerio.
Las primeras críticas sobre Túnez le llegaron tras ofrecer ayuda técnica de las fuerzas del orden galas a las tunecinas para gestionar las manifestaciones, unas declaraciones que ella considera malinterpretadas, porque su intención -aseguró- no fue apoyar al régimen de Zine el Abidin Ben Alí, sino tratar de evitar víctimas. El vapuleo de la oposición contra la jefa de la diplomacia se intensificó a principios de febrero, después de que se revelara que en su viaje de fin de año a Túnez fue invitada a utilizar el avión de un empresario vinculado con el expresidente y con el que sus padres cerraron, además, un negocio.
Su credibilidad se ha visto cuestionada desde hace semanas y su salida del Gobierno se daba por hecha después de que este viernes dos "pesos pesados" del Ejecutivo revelaran al diario Le Monde bajo condición de anonimato que el presidente había decidido "separarse de ella", por lo que la dimisión es vista como una marcha forzada.
Alliot-Marie, de 64 años, inició su carrera política en la década de 1980 y ha estado al frente de otros tres ministerios: el de Defensa de 2002 a 2007, el del Interior de ese año a 2009, y el de Justicia durante los 17 meses siguientes, hasta que el pasado 14 de noviembre se le adjudicó la cartera de Exteriores.
Críticas al Gobierno
Al aceptar su marcha, Sarkozy ha actuado esta vez antes que con el ministro de Empleo Eric Woerth, cesado en la remodelación de noviembre y durante cinco meses en el punto de mira por su relación con el entorno de la multimillonaria Lilliane Bettencourt, cuando arreciaba el escándalo por presunto trato de favor fiscal a la heredera de la firma L'Oréal.
Desde la oposición se dice ahora que algunas derivas recientes de la política exterior gala, como en la gestión de las revueltas en el mundo árabe, no es culpa de Alliot-Marie, sino del propio Sarkozy. Desde la mayoría gubernamental también se han escuchado críticas, como la de Yves Jégo, ex ministro de Ultramar y diputado de la Unión por el Movimiento Popular de Francia, el partido del presidente, quien abogó hoy por la dimisión también de Fillon.