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ESPAÑA

Zapatero será el primer jefe de Gobierno europeo en pisar Túnez tras la revuelta

Incluye al país magrebí en una gira que incluye a Catar y los Emiratos Árabes para «ofrecer la experiencia» de la Transición

PAULA DE LAS HERAS
MADRID.Actualizado:

José Luis Rodríguez Zapatero ha decidido, esta vez, dar un paso al frente. El domingo se convertirá en el primer jefe de Gobierno europeo en visitar Túnez tras la caída del dictador Zine el Abidine Ben Ali, Ben Alí. El viaje tiene un enorme valor político porque fue en ese país del Magreb donde se iniciaron las revueltas que desde hace semanas sacuden el mundo árabe. Su intención es reunirse con el primer ministro del Gobierno interino, Mohamed Ganuchi, y con una docena de grupos de la oposición que, según aseguran fuentes gubernamentales, «desean hablar con él».

Zapatero ha repetido varias veces a lo largo de los últimos días que su Gobierno desea, tanto para Túnez como para el resto de los pueblos que han decidido levantarse contra sus tiranos, lo mismo que tuvo España, «una transición pacífica». «Nos comprometemos a que la Unión Europea dé un respaldo a esos cambios», llegó a decir.

Eso es lo que pretende ahora con una visita que ha pillado de sorpresa incluso a su partido. Fuentes de la dirección socialista relatan que el pasado lunes dejó claro en la ejecutiva que ese apoyo debía ser cauto y que era mejor no interferir en los acontecimientos porque aún es pronto para saber cómo acabará todo. Pero fuentes diplomáticas aclaran que, en este caso, no se trata de una injerencia sino de ofrecer la experiencia española como ejemplo de una evolución exitosa hacia la democracia.

El Gobierno había interiorizado la crítica de que la UE ha sido «demasiado benevolente» con determinados regímenes. Tanto que esta misma semana la ministra de Defensa, Carme Chacón, la hizo suya y defendió que ahora que ha empezado «un proceso que es imparable» hay que «ayudar a empujar en la buena dirección». El 'ahora' no es inocuo porque así como Estados Unidos no dudó en apoyar las revueltas en Túnez, Egipto o Argelia, de forma temprana, los europeos no lo hicieron de manera abierta hasta que hubo caído Ben Alí.

Tanto español

El primer ministro del Reino Unido, David Cameron, fue el primero en tratar de enmendarse con una visita a Egipto, antigua colonia británica. Pero el caso de Zapatero es distinto porque, aunque evidentemente, España tiene intereses en la región, es menos influyente que Francia.

Esta vez, ha sido capaz de marcar un gol a Nicolás Sarkozy, que solo ha enviado a Túnez a su ministra de Economía, Christine Lagarde, y cuya titular de Exteriores, Michèlle Alliot-Marie, ha quedado muy tocada por su actitud en los acontecimientos. Cabe recordar que en enero llegó a ofrecer a las autoridades tunecinas, en la Asamblea Nacional, la experiencia de las fuerzas de seguridad galas para hacer frente a las manifestaciones que propiciaron la caída de Ben Alí.

El viaje de Zapatero, sin embargo, no es solo una buena obra. De hecho, Túnez se ha incluido en el último momento como escala dentro de una gira ya programada a Catar y Emiratos Árabes con fines exclusivamente económicos. Aunque las revueltas han alcanzado a algunos países del Golfo Pérsico, estas dos monarquías se mantienen estables y siguen suponiendo para España una importante oportunidad de negocio.

Emiratos Árabes ofrece posibilidades en el campo de las energías renovables, en el que las empresas españolas son punteras. Pero el Gobierno aspira a trabajar también en acuerdos para la construcción de líneas de ferrocarril y de hospitales. Y con Catar el vínculo va algo más allá porque será este año sede de un nuevo foro de la Alianza de Civilizaciones impulsada por Zapatero; pero, además, el hecho de que vaya a acoger el Mundial de fútbol de 2022 abre las puertas a una elevada inversión en infraestructuras en la que pueden encontrar un hueco las empresas dedicadas a la construcción y a las que la crisis económica ha pasado una seria factura en España.