«Todo el pueblo tiembla con una tragedia militar porque son muchos hijos los que están fuera»
San Fernando vuelve a vestirse de luto por el fallecimiento de dos isleños en acto de servicio, que se suma a una larga lista negra
SAN FERNANDO.Actualizado:Un nuevo crespón negro en la bandera de la ciudad colocada en el museo, porque el Ayuntamiento sigue aguardando una remodelación. Cuentan que ayer le salió una nueva grieta a su fachada como cicatrices por los hijos que San Fernando ha ido perdiendo en acto de servicio. «El pueblo tiembla cuando escucha una tragedia militar porque muchos isleños están fuera y son padres, maridos, hijos, tíos y primos», comentó María Álvarez, vecina de la zona de la Casería que tiene un sobrino destinado fuera. La Casería, una barriada que ayer se revolvió en el dolor por la noticia de que otro residente de la zona dejó su vida al servicio de la Armada.
San Fernando vive de lo militar y como dice el alcalde, Manuel María de Bernardo, «cuando Defensa estornuda, La Isla se resfría». Son varias las instalaciones militares instaladas en la ciudad, en la zona de San Carlos, y el Tercio de Armada es de las más señeras. Los infantes de Marina están repartidos por diferentes puntos del mundo siendo uno de los estacamentos que más colaboraciones realiza con misiones exteriores, ya sean de paz o de reconstrucción de un país.
Por eso dicen que hay tantos isleños repartidos por el mundo. Pero ayer, la noticia fue inesperada. No había conflicto, no era una misión, supuestamente el riesgo estaba controlado. La tragedia dolió porque era impensable. Nuevamente a los isleños les tocó perder. «Somos un pueblo que durante muchos años hemos dependido de lo militar, le debemos mucho, pero hay veces en que nos quita sin sentido», expuso José Francisco Ramírez, un barbero jubilado que tenía su negocio en las inmediaciones de San Carlos y que durante años ha cortado el pelo a centenares de militares. «Lo peor es la intranquilidad y el mal cuerpo que se te queda cuando se van afuera. Una se siente impotente y sin poder hacer nada a la espera de que haya buenas noticias, y eso es un martirio», reconoce Alba Gallego, que hace poco recibió a un nieto que estaba destinado en Bosnia.
En las plazas, en las asociaciones de vecinos, en los bares de la ciudad, el tema era el mismo. «¿Te has enterado de lo que ha pasado en Madrid?, pues eran varios de aquí, de San Fernando». A media tarde toda la localidad conocía la triste noticia e iba recabando información de un lado y de otro. En las entidades vecinales era donde más noticias circulaban.
«Pues por lo visto todos los que están allí de San Fernando habían puesto unos tres euros para hacer una barbacoa para celebrar que mañana -por hoy- regresaban a casa para disfrutar del puente, pero fíjate lo que ha pasado». Aunque tiene casi 100.000 habitantes, San Fernando sigue contando con una peculiaridad y es que «nos conocemos casi todos», por ello no era extraño escuchar hablar a alguien que conocía o al sargento primero Víctor M. Zamora Letelier o al cabo primero Javier Muñoz Gómez. «Yo cuando he visto la foto los he reconocido, qué pena más grande», decía una vecina.
Nuevo golpe
Todo ello cuando hacía apenas un año que el municipio se estaba recuperando del último golpe que recibió cuando otro isleño dejó su vida en labores de servicio. Aún perdura el recuerdo del teniente de Infantería Francisco Forné, que pilotaba el helicóptero que se estrelló cerca de la frontera de Haití con la República Dominicana en una misión de paz.
Un aficionado al atletismo que dejó su huella en la Unión Atlética de San Fernando, y que no pudo evitar el peligro al que normalmente se enfrentan los militares al desarrollar sus labores cotidianas. Hace apenas un año. Fue en abril de 2010 cuando la triste noticia volvía a encoger el corazón de los isleños.
Pero en ocasiones la tragedia es inevitable y ayer se repitió la historia. En el pensamiento de todos, las familias. Los hijos y las mujeres de uno y de otro. «Pobre familia». Ambos eran bastante conocidos, sobre todo Javier en la Casería por la implicación que tenía con la barriada. De nuevo el ir y venir de compañeros en las puertas de la casa a la que prometieron volver y que ya nunca pisarán. Palabras de ánimo, de aliento, de resignación. Muchas palabras que lo que escondían era el dolor de toda una ciudad que está íntimamente ligada a la Armada. Los que en su día fueron pulmones económicos para La Isla se han ido consumiendo a causa del traslado de unidades estratégicas y a la pérdida de importancia para Defensa, aunque San Fernando siempre mostrará su orgullo por lo que significó lo militar.
Suspendidos los actos
En el Tercio de Armada se estaban ultimando los detalles para una celebración especial. Hoy mismo estaba previsto que se desarrollaran los actos del 474 aniversario de la Infantería de Marina. Una conmemoración que sirve para acercar a la población civil a todos los valores que se recogen en esta unidad.
Sin embargo, al mediodía no habrá ninguna marcha, ni ningún desfile. En las instalaciones militares se ha instalado el dolor y el luto por la pérdida de dos compañeros, de dos amigos con los que no se volverá a compartir ningún buen rato, ningún problema, ninguna partida, ningún regreso.
Como no podía ser de otra forma, el alcalde de San Fernando mostró el pesar del Ayuntamiento y quiso trasladar las condolencias a los familiares y amigos de las víctimas, al Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas.
El primer edil informó asimismo de que, tras acuerdo municipal, el ayuntamiento decidió colocar un crespón negro en las banderas de San Fernando ubicadas en las dependencias de Alcaldía así como lucir a media asta la bandera de la ciudad que ondea en el balcón del Museo Municipal.
El Ayuntamiento está atento a las disposiciones que pueda establecer el Ministerio de Defensa en cuanto a honores y funerales. Finalmente, De Bernardo se refirió al impacto que este triste suceso ha tenido en la sociedad isleña dada la profunda vinculación que San Fernando mantiene con las Fuerzas Armadas.