Los forenses consideran a Del Valle un pedófilo, pero capaz de controlarse
El acusado de la muerte de Mari Luz padece una desviación en el objeto sexual relativa a la pedofilia, según los médicos
SEVILLA. Actualizado: GuardarDos médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Granada, los cuales le realizaron diversos análisis a Santiago y Rosa del Valle en la prisión de Albolote (Granada), afirmaron ayer en la séptima sesión del juicio por la muerte de Mari Luz Cortés, que el principal imputado padece una desviación en el objeto sexual, relativa a la pedofilia, pero «no tiene alterada su voluntad y puede controlar esos impulsos», de manera que «sólo actúa cuando sabe que no va a tener consecuencias».
En su declaración, ambos forenses han coincidido en calificar a Santiago como «un manipulador», el cual trataba de «instrumentalizar» las entrevistas y los posibles diagnósticos.
De este modo, uno de los forenses, el cual examinó en una ocasión anterior a Santiago en el proceso relacionado con un caso de abuso sexual en Sevilla, ha dejado claro que aunque el acusado padece una desviación en el objeto sexual «no tiene alterada su voluntad y puede controlar esos impulsos», de manera que «sólo lo hace cuando sabe que no va a tener consecuencias», es decir, que «mantiene la voluntad suficiente para pasar a la acción sólo cuando no hay consecuencias para él».
Además, ha remarcado que éste es «capaz de comprender la ilicitud de sus actos», así como ha insistido en que no tiene alteradas «su capacidad cognitiva, intelectiva y volitiva». «No existía una alteración importante de su capacidad cognitiva, intelectiva y volitiva que provocara que el imputado no supiera de la ilicitud de los hechos que se le imputan», ha destacado este mismo forense.
En este sentido, la forense, la cual también estuvo presente en las entrevistas psicológicas, ha narrado que Santiago del Valle, preguntado por cómo podía mantener una relación con una menor de 14 años que el imputado reconoció, éste le respondió «pues no pensando en la edad» -entre risas-, por lo que la especialista ha hecho hincapié en la actitud «de sarcasmo y de cierta guasa» del principal acusado, al mismo tiempo que ha añadido que éste «no muestra empatía» con sus víctimas.
Un piso
Han recordado que Santiago les contó que había sufrido coacciones por parte de la policía, que le habría ofrecido a su esposa Isabel García «un piso, una identidad nueva e incluso dinero». No obstante, según los expertos, no da argumentos para sustentar esta posibilidad.
Además, este mismo especialista afirmó que desde que se le diagnostica en 1994 un transtorno psicótico de esquizofrenia paranoide, «no ha tomado medicación, no ha tenido un ingreso», lo cual extraña al experto ya que en todo este tiempo no ha tenido una descompensación y «lo lógico es que tuviera una pérdida de la realidad» con ese diagnóstico, ha matizado.