La UE teme la fuga de 1,5 millones de inmigrantes del Magreb
España y los países mediterráneos piden compartir el problema con una política de asilo común y un fondo de emergencia
ROMA.Actualizado:La crisis de Libia y una posible fuga masiva de la población asustan mucho a Italia y empiezan a hacerlo en la UE, un temor que de momento se traduce en el fantasma de una amenaza sin contornos precisos. El Gobierno de Roma lanzó ayer la cifra de 200.000 o 300.000 personas que pueden intentar llegar por mar a Europa, un dato que todo el día se cogió con pinzas y la propia oposición italiana o ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, consideró inflado. Pero a última hora no solo recibió el aval de Bruselas, sino que lo superó por todo lo alto. La agencia comunitaria para el control de fronteras, Frontex, calcula que las revueltas en el Magreb podrían empujar a Europa de 500.000 a 1,5 millones de inmigrantes, «principalmente a Italia, Malta y Grecia». Aunque no dijo en qué periodo de tiempo y si habla de una estampida o a largo plazo. Serían, sobre todo, africanos subsaharianos que viven y trabajan en estos países. Las estimaciones italianas tenían la misma base, un cálculo a ojo: en Libia hay 2,5 millones de extranjeros y entre el 10% y el 15% podrían intentar huir a Europa.
Son solo previsiones del peor escenario en un momento de gran confusión y también revelan el interés de la UE en que el problema no la pille desprevenida. Desde el inicio de la crisis de Túnez hasta ayer 6.300 personas han llegado a la isla de Lampedusa, y 6.200 son tunecinas. Salvo unos pocos que han pedido asilo, los demás ya están identificados y serán enviados a su país, aunque no se sabe cuándo, dada la situación de Túnez. El tiempo dirá si los cálculos más tremendos son correctos, pero por ahora eran el trasfondo de la reunión de los ministros de Interior de los países mediterráneos de la UE, convocados ya hace diez días por Italia ante su temor a una avalancha. Al final el encuentro, pensado para llegar hoy con una posición común a la cumbre de Interior y Justicia de Bruselas, ha caído en el momento justo. Justificados por la urgencia Italia, España, Francia, Malta, Grecia y Chipre pidieron a la UE dos cosas: un sistema europeo de asilo «común y sostenible» antes de 2012 -es decir, repartirse la gestión del problema-, y un fondo solidario para ayudar con los gastos a los países fronterizos en caso de emergencia, como ahora. Son viejas aspiraciones de este grupo, al que se une Francia porque sabe que puede ser destino final de los africanos francófonos. En cuanto a España, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, precisó que en las fronteras de Ceuta y Melilla no se han tomado medidas especiales «porque la situación en Marruecos es tranquila».
«Un esfuerzo a los demás»
La UE establece que cada país gestiona por su cuenta la llegada de inmigrantes y su repatriación o asilo que, además, obliga al interesado a residir en ese Estado. «Pero una emergencia humanitaria no puede pesar solo sobre nuestros países, pedimos un esfuerzo a los demás», explicó el ministro italiano, Roberto Maroni. Apuntó que hay una puerta legal útil, pues las normas permiten la ayuda voluntaria de cualquier país. «Si todos se pusieran de acuerdo se podría aplicar ya», resumió.
Hoy se pelearán en Bruselas por esto, pero desde la UE ya se filtra oposición. Según fuentes diplomáticas citadas por agencias italianas, los países del norte estarían dispuestos a prestar ayuda con medios y dinero, pero no al reparto de inmigrantes por otros Estados. Argumentan que Alemania, en su día, asumió en solitario 300.000 refugiados de los Balcanes.