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La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, y Carmen Cervera. :: EFE
Sociedad

La colección de Tita Cervera estará un año más en el Thyssen

Cultura acepta a regañadientes la prórroga de la cesión gratuita, que deja en el aire el futuro de los cuadros de la baronesa

MIGUEL LORENCI
MADRID.Actualizado:

Ambas aseguraban estar contentas. Pero sus rostros y actitudes les traicionaron. Había más tensión y desconfianza que satisfacción. Carmen Thyssen y Ángeles González-Sinde acababan de pactar una prórroga de un año en la cesión gratuita de la colección de la baronesa al Estado español. Cultura quería dos años, pero no pudo ser. Tuvo que plegarse y aceptar a regañadientes la propuesta de la baronesa. Firmar una 'tregua' de facto que mantendrá otro año la colección en el museo Thyssen pero deja en el aire el futuro de la colección privada de Tita Cervera. El 28 de febrero de 2012 es el nuevo día D. En doce meses, en un contexto electoral y en otra fase de la crisis, Carmen Cervera y la titular de Cultura volverán a verse las caras. «Queríamos extender el contrato por más tiempo», reconoció la ministra, que aseguró comprender unos «intereses de la baronesa» que no detalló. «Hay crisis y no hemos debatido de cuestiones económicas. Sí de cosas de buena educación», apostilló una contrariada Tita Cervera que se decía «muy contenta» con la boca pequeña.

No es un secreto para nadie la ausencia de química entre la baronesa y la ministra. Llevaban meses jugando al ratón y al gato en busca de una solución, que garantizara la permanencia bajo el paraguas público de las 240 pinturas de la colección particular de Carmen Thyssen, que los expertos valoran entre 600 y 800 millones de euros. Cultura descartó la compra y apostó por una prórroga de dos años del contrato actual -la cesión de once años que vence el 28 de febrero- con una prestación económica. Tita dijo que no al alquiler y ofreció prorrogar gratis otro año, pero con demandas intangibles abordadas en una negociación larga, tensa y dura. Tanto que la baronesa amenazó con embalar los cuadros y llevárselos si no había solución. Y la solución llegó ayer, por más que algunos la interpreten como un parche, un mero aplazamiento del desencuentro al que habrá que volver dentro de nada. Se alcanzó en la reunión ordinaria del patronato del Museo Thyssen-Bornemisza, del que la baronesa es vicepresidenta vitalicia y que preside la titular de Cultura. La reunión duró apenas hora y media y no fue ni agradable ni fácil. Sobre el tapete, de nuevo las posturas encontradas de Cultura y de la baronesa. Al final fue González-Sinde quien tuvo que plegarse y reconocer que se había alcanzado un «acuerdo de transición» y que en doce meses «habrá que llegar a un nuevo acuerdo para ver cuál será el futuro de la colección en este museo». Ambas partes lo explicaron en un pasillo del museo, con evidentes ganas de acabar cuanto antes y con pocas concesiones a la cordialidad.

«Mismos términos»

«Alcanzamos el acuerdo de prorrogar por 12 meses, el contrato de préstamo en los mismos términos que hasta ahora. Es el resultado de la negociación y ha sido aprobado por el patronato», explicó Ángeles González-Sinde. «Queríamos una extensión del contrato por dos años, lo que permitiría estrategias de planificación y trabajo a largo plazo, pero entendemos que las contrapartidas, o que el interés y las necesidades de la baronesa y las defensa de su intereses le impedían prorrogarlo por más tiempo», agregó la ministra.

No quiso precisar Sinde cuáles eran esas contrapartidas que deben «permanecer en la privacidad y la discreción» y que harían aceptable un plazo más largo para la baronesa. Pero sí dijo que «no eran aceptables para el Estado, ni para el Ministerio, ni para los intereses de los contribuyentes, que son al final a quienes debemos defender». «Hemos encontrado una fórmula que nos da más tiempo para encontrar otra solución en el futuro», resumió la ministra.

«Lo que más me preocupa no es el momento preelectoral, porque los museos tienen vida más allá de las campañas electorales. Lo importante es que ya conocemos el escenario presupuestario para 2012, con planes de austeridad y de cohesión que son fundamentales para salir de la crisis económica», adujo la ministra.

Sin ocultar su contrariedad, la baronesa precisó entonces que «en ningún momento hemos abordado cuestiones económicas». «Hay crisis y jamás hablamos de prestaciones económicas. Se han pedido cosas de buena educación, que como dice la ministra, no debemos hablar ahora, y nada más». «Muchas gracias señores», dijo Tita con el gesto torcido y dando por zanjada su urgente comparecencia. Camino de la puerta volvió la cara hacia los informadores y, con una sonrisa un tanto forzada, aseguró estar «muy contenta».