Herido en el cuello al recibir un disparo cuando estaba en un bar
La víctima se encontraba en la barra de un local de Conil, junto a su esposa y sus dos hijos, cuando recibió el impacto
CÁDIZ.Actualizado:Lo que aparentemente resulta extraño, suele esconder una explicación mucho más sencilla. Y éste puede ser el caso de lo ocurrido en la sobremesa de ayer en el interior de un bar de Conil, donde un hombre recibió un disparo en el cuello. Las primeras informaciones que llegaron a la redacción hablaban de un posible intento de suicido, de ahí se pasó a un accidente y por último se descartaba el uso de munición de fuego. Sin embargo, al cierre de esta edición aún quedaban algunas incógnitas por resolver. La última palabra la tiene la Guardia Civil, que se ha hecho cargo de las pesquisas.
Sin embargo, los primeros en llegar al bar del hostal Lojo, en la calle Canarias, fue una dotación de la Policía Local. Sobre las 16.30 horas habían recibido una llamada de teléfono que alertaba de la existencia de un herido en el interior del establecimiento. Nada más llegar confirmaron que había un hombre, identificado como Jesús M. F., que sangraba por el cuello. Fuentes policiales confirmaron que en una primera inspección superficial, por las características de la herida, el disparo se habría producido a corta distancia.
Fuentes del SAS aseguraron que esta persona había ingresado en el Clínico de Puerto Real con una herida provocada por un balín -un tipo de munición que se utiliza en las armas de aire comprimido-. Aunque se encontraba fuera de peligro, se decidió mantenerlo en observación a la espera de cómo evoluciona. Sin embargo, fuentes de la investigación, al cierre de esta edición, insistían que la bala que había alcanzado a la víctima era munición real. De confirmarse oficialmente este punto, la víctima habría tenido mucha suerte, ya que la lesión estaba situada en una zona crítica.
Este periódico contactó con el hostal para conocer el relato de los testigos. Uno de ellos explicó que Jesús M. F. se encontraba en la barra del bar en compañía de su esposa y sus dos hijos pequeños. Había muy poca clientela, «cuando de repente se escuchó como un petardazo». La víctima se agarró al cuello y pidió a gritos que avisaran a un médico. Este testigo confirmó que no fue hasta que la Policía Local les indicó que había sido «un perdigozano» lo que había alcanzado a Jesús, cuando supieron «qué era lo que había sonado».
Este trabajador del hostal que presenció lo ocurrido asegura que no vieron a nadie manipulando un arma ni en el interior ni en el exterior del establecimiento. Tampoco sabía precisar la trayectoria del disparo. Eso sí, en el local no se ha producido ningún daño. Esa falta de respuestas fue lo que se encontró también la Policía Local, que tras realizar las primeras gestiones, le entregó el testigo a la Guardia Civil. Fuentes oficiales de la Benemérita solo confirmaron ayer que se había abierto una investigación.