Temor a correr la misma suerte que los afectados del derrumbe de La Constancia
JEREZ.Actualizado:«¿Quién nos quita a nosotros la idea de que la casa se nos va a caer encima?», se pregunta María Reyes entre el énfasis crítico y una ligera dosis de credulidad en que exista quien lo evite en su piso de La Vid. No le faltan referencias a la hora de temerse lo peor. De hecho, ha pasado hace solo unos días en La Constancia.
Si hace dos años el presidente de la asociación de vecinos de La Constancia, Francisco Flores, a punto estuvo de acabar sepultado por un derrumbe en su vivienda, la tragedia rozó de nuevo a una familia de la barriada la semana pasada. «A las 1.30 de la madrugada, mi hermana me llamó y me contó lo ocurrido», relató Jesús Caro, hijo de Josefa Barea, la afectada.
Josefa estaba acostada y afortunadamente su hija escuchó un estruendo, por lo que avisó a su madre y ambas se refugiaron en el salón. Entonces fue cuando se desprendió parte del techo del dormitorio de la madre. «Podía haber ocurrido una tragedia, pero si llega a pasar habría hecho una locura», afirmó Jesús Caro.
«No estoy tranquilo, sobre todo por las noches, cuando escucho ruidos en la casa de arriba». Así lleva por su parte Cayetano González, vecino de La Asunción, varios meses. Justo sobre su cabeza, un piso permanece con el techo apuntalado hasta que empiecen las obras de rehabilitación del inmueble. Teme que con un desprendimiento pueda ceder el suelo y los ladrillos caigan sobre su vivienda.
Con idéntico temor viven Antonio y María entre los puntales de su piso de La Vid. Y ni que sea mal de muchos les consuela.