Juan Espadas (PSOE), Antonio Rodrigo Torrijos (IU) y Juan Ignacio Zoido (PP). :: XXX
ANDALUCÍA

Sevilla tiene que ser...

PSOE y PP libran su más fiera pelea electoral en la capital andaluza, clave para generales y autonómicasLos populares necesitan romper la tradición de mayorías no absolutas y pactos entre partidos que hay desde 1987 para recuperar la Alcaldía

SEVILLA. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

PSOE y PP libran su más fiera pelea electoral en la capital andaluza. Sevilla es la pieza más codiciada por ambos partidos en las municipales de mayo. Ambas formaciones lo corroboran. «No podemos perder Sevilla», es la consigna en el PSOE. «Juan Ignacio, tu serás alcalde de Sevilla», es la frase reiterada de Rajoy. Junto con Barcelona, Sevilla es la gran capital gobernada por los socialistas. Para este partido es un bastión emblemático. Por la misma razón, el PP muestra un gran interés en colocar su blasón de la gaviota en esta alcaldía.

Tanto Rajoy como Zapatero se han volcado personalmente en los candidatos de Sevilla. Las dos convenciones nacionales de PP y PSOE en enero y febrero, respectivamente, no han tenido más objetivo que promocionar a Juan Ignacio Zoido y a Juan Espadas. No hay cortapisas al gasto. No dicen cuánto, pero ambos llevan meses desplegando una actividad preelectoral con cartelería, televisiones, prensa y redes sociales como ninguna otra capital andaluza. Aparte de dinero, cada uno utiliza sus armas.

El Gobierno de la Junta y la dirección del PSOE piensan más que nunca en clave sevillana. Gestos como cuatro galardones a sevillanos en las distinciones del 28-F, incluido Alfonso Guerra que, de manera simbólica, cerrará la lista por Sevilla, pueden estar en esa clave. La secretaria de Organización del PSOE andaluz, Susana Díaz, ha participado personalmente en las reuniones para confeccionar la lista electoral, a la que han dado un segundo golpe de efecto con la inclusión de independientes. El primero fue convencer a Monteseirín de que era mejor que no se presentara por cuarta vez dada su creciente impopularidad.

Efecto 'Mercasevilla'

Todo para contrarrestar el efecto negativo del 'caso Mercasevilla'. Zoido, que lleva cuatro años haciendo campaña barrio a barrio, ha intentado muchas veces erosionar al PSOE sevillano con la investigación judicial sobre sobornos y tráfico de influencias en el mercado mayorista, pero hasta conocerse el fraude en las prejubilaciones no han tenido eco sus críticas. En el PP no se terminan de creer tal regalo a cien días de los comicios, pero no tienen dudas de convertir el caso en la principal arma contra el PSOE, especialmente el de Sevilla. De ahí el esfuerzo por implicar a su secretario provincial, José Antonio Viera, que fue consejero de Empleo cuando ocurrieron algunas de las irregularidades. O el de Zoido a su rival, Juan Espadas, aunque este nada tuviera que ver.

Hacerse con una ciudad simbólica para los socialistas en el mapa político de España escenificaría como ninguna otra cosa el cambio de tendencia que los populares están convencidos que se va a producir en las generales y las autonómicas andaluzas a tenor de las encuestas. Unos sondeos que, según los populares, ganan también en Sevilla, mientras que los socialistas afirman que no con mayoría absoluta. Y es que para entender un poco la batalla por Sevilla hay que repasar su historia electoral y constatar un reparto de fuerzas pocas veces con ganador claro y, por tanto, sujeto a pactos.

En la historia de los comicios municipales sólo una vez la capital andaluza contó con una mayoría absoluta. Fue en las elecciones de 1983, las segundas de la democracia. Ganó el PSOE con 19 concejales frente a los 3 del Partido Comunista y los 10 de la Coalición Popular integrada por varios partidos, entre ellos el PDP de Óscar Alzaga en el que militaba un joven Javier Arenas. El ahora líder del PP andaluz se estrenó como concejal tras aquellos comicios en los que Manuel del Valle fue el alcalde elegido por tan abrumadora mayoría.

Nunca más se volvió a repetir. Ni antes tampoco. El todavía añorado Luis Uruñuela fue alcalde con los 8 ediles de su partido, el PSA, y el apoyo del PSOE y el PCE. Desde 1987, el Ayuntamiento sevillano no conoce una mayoría absoluta y todos sus alcaldes lo han sido fruto de componendas y pactos, no siempre como claros ganadores.

La primera alcaldesa

Así ocurrió en 1991 cuando, en víspera de la Expo, el pacto entre Alejandro Rojas Marcos (PA) y Soledad Becerril (PP) desalojó de la Alcaldía al PSOE, que ganó las elecciones con 12 ediles. En 1995, Rojas Marcos, que siguió sacando los mismos 9 ediles que en 1991, le devolvió el favor a Becerril y la ex ministra de Cultura se convirtió en la primera y por ahora única mujer alcaldesa de la ciudad hispalense. Becerril y el candidato socialista, José Rodríguez de la Borbolla, obtuvieron los mismos concejales, 10, pero con ventaja en votos de la popular.

Becerril ganó más claramente en 1999, pero no con mayoría absoluta y de nuevo las componendas partidistas y las alianzas decidieron la Alcaldía de Sevilla: El PA, que entonces gobernaba en coalición con los socialistas en la Junta, cambió sus preferencias y respaldó al aspirante socialista, Alfredo Sánchez Monteseirín. Ha sido el alcalde que más tiempo ha conservado el sillón. Pero sólo en las elecciones de 2003 fue claro ganador, aunque tampoco con mayoría absoluta. Monteseirín cambió de aliados en estos comicios. Desde entonces gobierna con Izquierda Unida, única formación que ha mantenido un respaldo uniforme, tres ediles en casi todas las convocatorias.

Los excesivos cambios de pareja y las diferentes crisis internas hundieron al PA. Sus escaños se los merendaron PSOE y PP. Gracias a ello ambos mejoraron resultados en 2007 hasta empatar en 15 ediles , aunque con ventaja en votos del juez Juan Ignacio Zoido. Fue una victoria moral. El pacto con IU mantuvo a Monteseirín en la Alcaldía.

Los populares han ido mejorando comicio a comicio, pero ya no tienen al PA para pactar. Aunque este partido presenta a su propia secretaria general, Pilar González, los sondeos no le auguran representación. Por ello, para el PP es primordial romper la tradición y sacar la segunda mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Sevilla.

Pero para el PP hay otra clave más en Sevilla. A los socialistas les cuesta ganar en las municipales en la capital, pero doblan al PP en las generales y autonómicas. Tanto Rajoy como Arenas saben que donde más tienen que arañar en votos al PSOE es en la provincia de Sevilla, que aportó 8 de los 36 diputados andaluces al Congreso en 2008 frente a los 4 de 25 del PP (más de 50.000 votos de diferencia); y 11 escaños de los 56 del PSOE al Parlamento andaluz, frente a 6 de 47 del PP. En esta clave el PP tiene como referencia los comicios de 2000, cuando ganó por mayoría absoluta en las generales. Entonces se dio la menor distancia entre PSOE y PP en la provincia de Sevilla, 7 escaños frente a 5. Apenas seis mil votos de diferencia.