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Jorge Garbajosa no pestañeaba y a su lado Mirza Begic no sabía bien dónde mirar. Uno es el último descarte del Real Madrid de baloncesto y el otro el último fichaje a bombo y platillo que ni siquiera ha debutado en la Copa del Rey, competición que acababa de ganar el FC Barcelona, apretando el acelerador lo justo y necesario, marcando el ritmo del partido. Una derrota más de los blancos, y ya van 10 en los últimos 11 partidos, una estadística descorazonadora.

La diferencia fundamental entre ambas secciones de los dos clubes es clara, y no hay que mirar muy atrás. El Real Madrid fichó hace unas semanas a Mirza Begic, pívot bosnio llamado a dominar los tableros como brillante promesa internacional, mientras que el FC Barcelona fichaba a Alan Anderson, un tirador nato descartado precisamente por el club blanco a comienzos de la temporada. ¿Cuál fue el resultado? Mirza Begic no debutó en la Copa del Rey y en cambio Alan Anderson fue nombrado MVP, jugador más valioso de la competición.

Ese último movimiento de ajedrez de Chichi Creus, el cerebro en los despachos del baloncesto en el FC Barcelona, define muy bien lo que sucede. La diferencia presupuestaria no es demasiado grande, los azulgranas 32 millones de euros por los 24 millones de euros de los blancos, pero mientras los segundos apuestan por una plantilla joven y títulos a largo plazo, los azulgranas arrasan competición tras competición.

¿Y Ettore Messina? Cuenta con la total confianza del club y le arropan, confiados en que es el mejor para guiar el proyecto. Con cambios de director general cada temporada, con un pabellón, La Caja Mágica, que no gusta a la afición, con fichajes que todavía lastran el tope salarial del club (Lazaros y Massey), el panorama no pinta bien. Y lo peor, la tristeza que transmite escuchar a directivos del Real Madrid decir «Hemos plantado cara» «Aguantamos bien». porque cuando el mensaje no es ganador poco más se pueden esperar de los resultados.