Las bodegas de tintos trabajan para crear la indicación geográfica
La mención Vinos de la Tierra de Cádiz debe dejar paso antes de final de año a esta etiqueta protegida que ampara la UE
JEREZ.Actualizado:Una veintena de bodegas elaboradoras de tintos -y también de vinos blancos fuera de la Denominación de Origen del jerez- se reunieron ayer con el delegado de Agricultura, Juan Antonio Blanco, para seguir avanzando en la adaptación a la normativa europea de la actual mención de calidad Vinos de la Tierra de Cádiz.
Tal como explicó ayer el responsable del ramo en la provincia, Bruselas exige que esa mención que otorga la Junta de Andalucía se convierta en breve, en concreto antes de que acabe este año, en una Indicación Geográfica Protegida (IGP) que debe tener su propio pliego y su reglamento, y que cuando se redacte tenga un reconocimiento para los vinos y les otorgue un mayor grado de protección dentro de las directrices que marca la Organización Común de Mercado (OCM) del Vino.
En la reunión que tuvo lugar ayer en la Estación de Enología de la Delegación de Agricultura en Jerez, los representantes de las casi 20 bodegas de la provincia que ya están integradas en Vinos de la Tierra de Cádiz avanzaron en la elaboración de ese pliego que, tal como recalcó Blanco, «no cambiará en exceso lo que ya existe, porque la normativa comunitaria tampoco permite hacer modificaciones de demasiada profundidad en el reglamento».
Así, por ejemplo, el delegado de Agricultura adelantó que casi con toda seguridad la nueva IGP que se creará mantendrá el nombre de Vinos de la Tierra de Cádiz, y que se podrán acoger a ella la veintena de bodegas que ya existen y que son las que están trabajando en su creación junto con la administración. Lo mismo pasa con las variedades de uvas tintas y blancas que se incluirán en el pliego, que son las que y se cultivan en la provincia; o los municipios y términos geográficos que formarán la indicación, y que serán en los que ya haya bodegas. «Si hay opción se incluirán cosas nuevas», apostilló pese a todo Blanco.
Respecto a las novedades que aporta contar con una IGP que se llame Vinos de la Tierra de Cádiz, el responsable de Agricultura hizo hincapié en que «no solo aumenta la identificación de los productos con la zona en la que se elaboran», sino que se abre la puerta a la constitución de una asociación que será la que gestione el futuro y tome las decisiones en esa indicación geográfica.
«Ahora no existe este órgano, sino que cada bodega se relaciona de forma particular con la administración y pide su inclusión en la mención de calidad tras la certificación por parte de una empresa privada», apostilló Blanco antes de asegurar que «todo eso cambiaría, y se crearía una figura -al estilo de un consejo regulador de menor grado- que se encargaría de la gestión».