«Nunca llego enfadado a casa»
Mariano Rajoy responde sin tapujos a preguntas de un grupo de niños en la radio
MADRID. Actualizado: GuardarRelajado, sincero, sonriente y hasta coqueto, Mariano Rajoy contestó ayer a una de las entrevistas corales más peculiares, simpáticas y entrañables a las que ha tenido que hacer frente en su dilatada trayectoria política.
El líder del PP, por ejemplo, confesó que ayuda poco en las tareas del hogar y que, por no hacer, no hace ni la cama. Tampoco cocina. Dos actividades que sí llevaba a cabo en su época de estudiante universitario. Rajoy, en el inicio del programa 'Buenos Días Javi Nieves' de Cadena Cien, oyó como niños de infantil y primaria le atribuían las personalidades más extrañas: desde presidente de una comunidad de vecinos hasta entrenador del Real Madrid. A muchos les sonaba que tenía barba y que no se la afeitaba «porque no había ganado».
Rajoy, más afable que de costumbre, bromeó incluso con Mar Amate -copresentadora de este espacio- cuando la periodista dijo que «Rajoy, de joven, tenía su punto». «¿Cómo que he tenido?», apostilló con una leve sonrisa. «Bueno, sigue teniéndolo al día de hoy», añadió la locutora. «Bien, eso me ha gustado», zanjó el dirigente político.
El comentario surgió tras interpelarle otro de los chavales si «era guapo o no». Rajoy, a carcajada limpia, dijo que era una cuestión subjetiva de cada uno, pero lo que nadie podía pedirle era que «me machaque inmisericordemente, que ya hay muchos voluntarios para hacerlo, no».
Cuestión que hizo plantearle a Amate cómo logró Rajoy enamorar a su mujer, ya que ayer se celebra el Día de los Enamorados. «Estas cosas nunca son fáciles, lo importante es que se produjo y que las cosas siguen funcionando».
En otro momento, uno de los críos le trasladó que su padre era presidente de la comunidad de vecinos y siempre llegaba enfadado a casa. El escolar quiso saber si a Rajoy le pasaba lo mismo. La respuesta fue negativa, «porque enfadarse no sirve para nada». El líder del PP aseguró que su receta era tener paciencia, sentido del humor, espíritu deportivo y un cierto sentido de la indiferencia.
Al hilo de este asunto, le envió un mensaje a sus rivales políticos: duerme bien y no tiene obsesiones. Hubo poca política, algo que alivió al líder popular, pero sí se mostró convencido de que él ganará las elecciones generales a la tercera, como le pasó a José María Aznar y a Felipe González, «y no fueron los peores presidentes de la historia».
Rajoy también habló de sus propios hijos. Contó que le gusta ayudarles con las tareas de geografía e historia y que no «se siente capaz» de hacerlo con las de matemáticas.