Miedo de volver al curro
JEREZActualizado:Pasadas ya las elecciones sindicales municipales y apaciguados los ánimos después de una ingente borrachera sindical, llega el momento de expresar aquello que con efusivo sentimiento y no menos sentido gordiano, he custodiado durante el periodo que ha durado el proceso de elecciones sindicales en el Ayuntamiento de Jerez.
Y es que no puedo por menos que reprobar con severa acrimonia.. ¡Porqué andarnos con rodeos, absoluto 'desprecio! para aquel que poseyendo la facultad del verbo elocuente y el cacumen intenta encandilar y ofuscar al electorado, para así ganar votos que le garanticen su deseo de aferrarse a su sillón de sindicalista, paseando su maletín de despachos en despachos, como de un alto ejecutivo se tratase y vender o comprar vanaglorias personales, no con cierto prurito, que no defender los intereses del que lo ha votado.
Dicho individuo o individuos , con su traje [trajes] de 'sindicalista' no ha tenido otra ocurrencia durante el proceso electoral, que la descalificación intimidatoria, la mezquina falsedad y la vil artimaña, para apelar a maniobras maquiavélicas, que contra su persona se han realizado, culpando de ello directamente, a aquellas personas o sindicato, que de forma asamblearia y sin prebendas, o expulsó de sus filas por maniobras poco éticas y un comportamiento del todo incoherente con los principios a los que defendía (o creía defender).
Y cree el ladrón que todo el mundo es de su misma condición y utiliza la campaña electoral como trampolín impulsor de su ratonera retórica, para arremeter de forma tortuosa y a un tiempo fratricida, contra aquellos que le podían desbancar de su acomodado sillón, pero he aquí, que los trabajadores y trabajadoras del Ayuntamiento de Jerez en un acto de responsabilidad electoral, han optado por votar a aquellos que durante su mandato han defendido mejor sus intereses, penalizando de esta manera a aquellos que optaron por otras prácticas reivindicativas. Y en el escrutinio se estaba, cuando la trastocada persona casi rompe a llorar de rabia, viendo que su afamado esfuerzo no daba el rédito deseado por seguir, al menos cuatro años más, sin pegar golpe. Los números no salían, y la salvación llegó in extremis por la campana milagrosa de los votos nulos, lo cual hizo respirar tranquilo al considerado, pues sería jodido volver al tajo después de algunos años sin hacerlo. ¡No hay que temer volver al curro!, el trabajo refuerza el espíritu amén de depurar intoxicaciones sufridas, hasta desvíos ideológicos. Así que la próxima vez, hay que buscar otras artimañas para ganar el voto, pues las utilizadas hasta ahora, denota a las claras la bajeza moral de quien las utiliza.