Oleada de robos en Pago San José
Hay vecinos que tienen la costumbre de dejar las puertas abiertas y el delincuente se está aprovechando de ello Un individuo entra en las casas y se lleva lo que encuentra a plena luz del día
JEREZ. Actualizado: GuardarSon una comunidad tranquila, que en muchos aspectos vive alejada del bullicio del casco urbano. Una barriada como las de antes, en la que todos se conocen y en la que aún persiste la tradición despojada de cualquier miedo de dejar durante algunas horas la puerta de casa o del patio abierta, mientras se hacen las faenas diarias o se lleva a los niños al colegio. Sin embargo, la paz de los residentes de Pago San José se ha visto seriamente enturbiada desde que algunos vecinos han sido objeto de robo en sus propios domicilios.
Así lo contó a este medio el presidente de la asociación vecinal, Francisco Gil, que no supo precisar cuántos delitos de este tipo se han cometido aunque aseguró que ya han sido varias las familias afectadas por ello. En concreto, se trata de un varón de unos treinta y tantos (como así ha sido descrito por testigos del barrio), que discretamente va empujando las puertas y en la que encuentra abierta se introduce.
Hay casos en los que están cerradas con un simple pestillo y accede igualmente utilizando algún tipo de herramienta. Es una práctica que se ha vuelto habitual y a plena luz del día, lo que ha desatado el temor y la desconfianza entre la comunidad. «Cada vez hay más inseguridad -se lamentó Gil- y los vecinos están empezando a cerrar las puertas con llave, incluso cuando ellos están dentro de la casa».
La semana pasada le tocó a un señor mayor de la calle Plátano, en cuyo domicilio entró esta persona cuando él se encontraba en su interior. El propietario no se percató de que le habían robado hasta que el sujeto estuvo fuera de la casa. Algo parecido sucedió en el caso de una madre de familia, que dejó el patio abierto mientras llevaba a los niños al colegio y ello fue aprovechado por el delincuente.
Cosas de poco valor
En lo que respecta al botín, poco consigue de estos robos, dada la premura con la que los comete y el hecho de que elija a víctimas humildes y trabajadoras. Por ello, suele hacerse con lo primero que tenga a mano, normalmente alhajas de escaso valor o un poco de dinero en metálico. «Yo creo que lo que le empuja es el paro y la necesidad de hacerse con dinero rápido -comentó el representante vecinal-, porque tal y como están las cosas...».
La preocupación de los residentes les ha llevado a trasladar el problema a la delegada de Seguridad, María del Carmen Martínez, y también lo llevarán ante la Mesa de Seguridad. Pese a ello, llama la atención el hecho de que duden denunciarlo en la Comisaría: «Muchos piensan que no merece la pena, porque te lleva mucho tiempo y encima luego si actúas como testigo te pueden amenazar». Una indecisión y un temor de los que, por descontado, se aprovechan los maleantes.