Signos externos
Actualizado:Los parados están bajo sospecha. ¿Cómo es posible que muchos de ellos sigan viviendo si no ganan par vivir? El Ministerio de Hacienda está justamente intrigado y estrecha el cerco sobre los desocupados que se ocupan de algo. También vigilará a los profesionales que, a pesar de los tiempos que corren, se siguen permitiendo algunas correrías económicas. La llamada 'economía sumergida' nos está permitiendo mantenernos a flote, aunque con el agua al cuello, pero es uno de los objetivos prioritarios del plan de lucha contra el fraude fiscal en este año, que por cierto se ha visto obligado a aplazar todos los demás planes.
Los españoles más afortunados son los que teniendo actividades económicas no tienen que declarar por ellas. Hay que sacarle el dinero a los que menos tienen, ya que son más numerosos. ¿De qué otra manera se puede gestionar la crisis? Nuestros políticos, que en general son más torpes que un cerrojo, ya que en caso contrario se hubieran dedicado a otros menesteres menos sublimes, quieren cerrarle las puertas al fraude, pero le llaman fraude a la subsistencia. No falta mucho tiempo para que se consideren signos externos de riqueza a las cucharas y a los tenedores, pero de momento hay que ponerles detectives a los que cobran en dinero negro, incluidos algunos inmigrantes.
Se respira desesperanza y esa es la peor polución. Nadie la formuló mejor que Jean Paul Sartre, ídolo caduco pero vigente. El sublime bizco, que renunció al premio Nobel, dijo que «el hombre es una pasión inútil». Descreía de los dioses volubles, a los que siempre acudimos en las situaciones apuradas. Lo que se trama ahora, con toda legitimidad, es ponérselo más difícil a los que pasan dificultades y se esfuerzan para resolverlas. El peso de la ley debe pasar por los mismos fielatos, pero las balanzas quizá estén algo desajustadas.