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La Guardia Civil interviene más de 1.200 kilos de boquerón imaduro en la lonja

SANLÚCAR. Actualizado: Guardar
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El cargamento era sustancioso y muy apetitoso tanto para las papilas gustativas como para el bolsillo de su responsable. Sin embargo, la legalidad vigente en cuanto al tallaje mínimo que deben tener ciertas especies, ha frustrado la venta del cargamento. Efectivos del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, en un servicio conjunto con inspectores de pesca de la Junta de Andalucía, se han incautado de 1.237 kilos de boquerones inmaduros en Sanlúcar.

La operación se desarrolló en la mañana de ayer, cuando los agentes detectaron una partida de inmaduros expuesta para la venta en el interior de la lonja pesquera de este municipio, que había sido descargada de la embarcación Sanlúcar II dedicada a la pesca en la modalidad de cerco. Efectuada la medición del pescado, que se hallaba distribuido en un total de 137 cajas de corcho, se comprobó como la longitud media de los mismos no sobrepasaba los ocho centímetros, talla muy inferior a la legalmente permitida.

Según han informado los agentes del Seprona, el destino previsto de los inmaduros era su transporte y posterior comercialización en los mercados de Sevilla, Córdoba y Málaga. Por su partes, los responsables del género, se enfrentan ahora a sanciones que pueden oscilar entre los 60.000 y los 300.000 euros.

De momento, los agentes han formulado una denuncia contra el patrón de la embarcación pesquera por la comisión de una infracción tipificada como muy grave según lo establecido en la Ley 3/2001, de Pesca Marítima del Estado.

Riesgos para la salud

Los efectivos de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil recuerdan a los ciudadanos que acostumbran a comprar pescado inmaduro que se exponen a un alto riesgo sanitario, dado que dicho pescado, cuya comercialización es ilegal, llega al consumidor sin pasar control sanitario ni en lonja ni en la propia cadena de distribución.

Además, los expertos recuerdan que al tratarse de un producto que se deteriora en poco tiempo, los vendedores y manipuladores suelen utilizar productos no autorizados para prolongar su conservación como formol o ácido bórico, con el consiguiente riesgo para la salud de quienes los consumen.