Zapatero se queja de que nadie reconozca su labor por el «paso» de Batasuna
MADRID.Actualizado:José Luis Rodríguez Zapatero siente que no se ha sabido valorar el papel que ha jugado su Gobierno para empujar a la llamada izquierda 'abertzale' a rechazar la violencia de ETA. «Si Batasuna da este paso con (José María) Aznar de presidente imaginad los titulares y los elogios», se lamentó ayer el jefe del Ejecutivo durante una reunión en el Congreso con su grupo parlamentario. Las palabras del líder de los socialistas fueron pronunciadas a puerta cerrada, pero varios asistentes al encuentro afirman que se expresó en esos términos y comparten su criterio.
A pesar de que fue el propio ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien minimizó en público la importancia del último movimiento anunciado por Rufi Etxebarría y el abogado Iñigo Iruin porque, según dijo, la credibilidad de los exdirigentes de Batasuna está «bajo mínimos», el PSOE subraya en privado que no se ha sabido entender la dimensión lo ocurrido.
Zapatero siempre defendió que el fallido 'proceso de paz' puesto en marcha con la oposición férrea del PP en la pasada legislatura no había sido en balde y que con el tiempo se verían sus frutos. Ahora, a juicio de los socialistas, los resultados empiezan a ser reconocibles porque se ha conseguido que la deslegitimación de la violencia llegue al brazo político de la organización terrorista.
«Esto es producto, entre otras cosas, de los siete años de Gobierno de Zapatero y no lo dice nadie», se quejaba tras la reunión del grupo un dirigente del partido. El disgusto refleja una clara contradicción entre el discurso oficial del Ejecutivo -frío, cauto y exigente frente al intento de los independentistas radicales de presentar un nuevo partido con unos estatutos impolutos- y el relato interno y optimista de los hechos que el propio secretario general del PSOE quiso difundir entre los suyos.
Ronda de contactos
Patxi López, por su parte, ha decidido mover ficha. El lehendakari iniciará una «ronda discreta» de reuniones con los partidos representados en el Parlamento vasco para analizar la situación creada con la irrupción de la nueva formación de la izquierda 'abertzale'.
Esto supone que, de momento, elude contactar con los responsables de Sortu, al ser una fuerza extraparlamentaria y estar pendiente de que los tribunales decreten o no su legalización.