El nuevo partido acepta pedir a ETA el abandono de las armas
Los promotores de la formación 'abertzale', que se llamará Sortu (Nacer), afirman que no son los sucesores de Batasuna
BILBAO.Actualizado:Rufino Etxebarria, el portavoz de Sortu, la nueva marca electoral de la izquierda 'abertzale', sustituta de la ilegalizada Batasuna, avanzó ayer que si la Justicia plantea nuevas exigencias para su rehabilitación política, sus promotores atenderán esos requerimientos, incluida la petición del abandono de las armas a ETA. Etxeberria insistió además en que la práctica de la violencia es «incompatible» con la política. Por su parte, los promotores de Sortu aclararon que su partido no es «continuidad» de nadie y «nadie lo fagocitará para utilizarlo» con principios y actuaciones distintas a las que marcan sus estatutos.
En una entrevista concedida a la cadena Ser, Etxeberria insistió en que los estatutos de la nueva formación de la izquierda 'abertzale' «cumplen absolutamente todos y cada uno de los requisitos» que exige la ley de partidos. Consciente de la dificultad para estar presente en las elecciones locales de mayo y de que el Gobierno y la Justicia española pueden reclamar pruebas de su desvinculación de ETA como la petición explícita a la banda de que abandone las armas definitivamente antes de permitir su actividad pública, el dirigente radical asumió que llegado el caso «sería el momento oportuno» para que los promotores de Sortu «atiendan a los requerimientos de los tribunales».
Etxeberria reiteró que «el ciclo de la lucha armada se ha cerrado», pronosticó que en Euskadi «no se van a vivir más episodios de lucha armada por parte de ETA» y avanzó que la izquierda 'abertzale' «no contempla otro escenario que no sea disponer de una marca legal y estar legalmente en las elecciones» tras adoptar la «decisión histórica de valerse y dotarse de vías exclusivamente políticas y democráticas en la lucha por la independencia» que «no tiene marcha atrás».
Además, rechazó fisuras en el paso dado hacia la política y la desvinculación de la violencia de ETA y atribuyó la nueva posición de la izquierda radical a un «debate interno» que ha contado con el beneplácito del conjunto de la militancia, incluidos los presos. Tras calificar de «histórico» el avance dado, reiteró que «la violencia política es incompatible con la estrategia independentista» y negó que ETA estuviera en el origen de la violencia en Euskadi. En este sentido relató que esta se remonta a hace 200 años lo que hace que «todas las generaciones» hayan vivido las consecuencias de diferentes signos de violencia» ante la negación de los derechos que le corresponden al pueblo vasco.
Rufi Etxeberria eludió el debate sobre el «arrepentimiento» de quienes han practicado el terrorismo, reconoció que la izquierda 'abertzale' es «autocrítica» sobre su forma de actuar y negó que sienta «miedo ante ETA». Lo que sí reconoció es temor «a otras violencias y otras realidades represivas» y denunció que vivimos «una situación antidemocrática», con Batasuna ilegalizada donde él mismo y otros compañeros de militancia «hemos pasado por la cárcel» por hacer política y han sufrido «la falacia» de que «todo es ETA».
El líder radical asumió que debe haber «un reconocimiento y una reparación» con las víctimas de ETA y aseguró que el «compromiso» de la izquierda 'abertzale' con quienes han sufrido la violencia es que «no va a haber ninguna víctima más» y que «eso se tiene que superar definitivamente». «El ciclo de la lucha armada se ha cerrado y no se van a vivir más episodios de lucha armada por parte de ETA» zanjó.
No son sucedáneo
Entretanto, profesores universitarios, abogados, profesores de euskera, sindicalistas, empleados y trabajadores con oficios varios, personajes anónimos sin proyección política en Euskadi, comparecieron en rueda de prensa sin preguntas en Bilbao para desvelar el nombre y el logotipo del nuevo partido, Sortu, 'nacer' en euskera. El catedrático de la Facultad de Periodismo de la Universidad del País Vasco, Iñaki Zabaleta, actuó como portavoz y dio lectura al comunicado en el que defendieron «un estado vasco en la Unión Europea» alcanzable por vías «exclusivamente pacíficas y democráticas».
Los promotores de Sortu rechazaron «absolutamente y sin ambages» la violencia «incluida la de ETA», defendieron sus «derechos» a ser legales y negaron ser «una continuidad» de ninguna otra formación como Batasuna. «No somos continuidad de nada, nadie fagocitará a este partido para utilizarlo con principios y actuaciones diferentes a los de los estatutos», proclamaron a la vez que rechazaron «cualquier subordinación o tutelaje».