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LITERATURA

Atlántica rescata al 'poeta de la muerte'

La revista que dirige José Ramón Ripoll dedica el número 34 al escritor catalán Màrius TorresVíctima de tuberculosis, pasó casi toda su vida en un sanatorio, murió joven y no vio publicada su obra poética

ANA LEÑADOR alenador@lavozdigital.es
CÁDIZ.Actualizado:

«Dulce ángel de la Muerte/si has de venir, mejor que sea ahora. /Ahora ya no temo tu beso helado, / y una voz me llama en la tiniebla clara de más allá del vado». El autor catalán Màrius Torres pasó los últimos años de su vida -murió a los 32- en el sanatorio de Puig d'Olena, alternando los versos más sinceros con los achaques de la infección que acabaría con su vida. Una vida corta arrebatada por una enfermedad infame, la tuberculosis, de la que empezó a sufrir los síntomas nada más terminar sus estudios. Perteneciente a una familia republicana, nunca pudo disimular sus ideas izquierdistas, que le restaron libertad ya que, además de estar preso en el hospital, estuvo vigilado hasta su exhalación final.

Sus últimos años los empeñó en escribir poemas muy personales, que ansiaba ver publicados en México. Pero no fue hasta dos años después de su muerte (en 1942), cuando su obra salió a la luz.

La oscuridad se cirnió siempre sobre su figura, aunque su poesía, su amor por la música y su espiritualidad se negaron a ceder a las tinieblas. Ahora, la Revista Atlántica le dedica una extensa monografía en su número 34. Un artículo de Pere Gimferrer, una detallada evocación biográfica de Mercè Boixareu, catedrática de Filología Francesa de la UNED, una introducción del director de la publicación, José Ramón Ripoll, y una semblanza personal elaborada por la profesora de la Universidad de Barcelona, Margarida Prats, componen las cerca de 80 páginas que la revista de la Fundación Provincial de Cultura le dedica en el centenario de su nacimiento.

Junto a estos textos, el número está plagado de poemas de Torres y algunas cartas enviadas a sus seres queridos, todo ello gracias a la cortesía de Víctor Torres, hermano del autor, y la colaboración de Jaume Pont, catedrático de la Universidad de Lleida.

Además, Atlántica regala con su nueva entrega una selección de versos de los poetas José Luis Rey, Adolfo Cueto, Fabio Montes y Jordi Virallonga; el venezolano Rafael Cadenas; el inglés Edward Thomas; el chileno Javier Bello; la brasileña Annita Costa Malufe; el irlandés Trevor Joyce; la estadounidense Shulamith Wechter Caine; el dominicano León Félix Batista y el colombiano Pedro Felipe Ortiz.

Un poeta 'raro'

Para Ripoll, Màrius Torres fue «uno de los poetas más intensos de la lengua catalana», un autor 'raro' y muy personal. Su obra se reconoció tarde, así como su figura, llena de luces y sombras. «Era un poeta crepuscular mediterráneo con una visión más bien europea». Fue traductor de Baudelaire y representa una rareza dentro de la poesía peninsular. Fue Torres quien introdujo el concepto teo-filosófico de metempsicosis, que hace referencia a la «transmigración de las almas». Esa espiritualidad quedo plasmada en su obra, que pese a su oscuridad, albergaba un atisbo de esperanza en sus palabras.

Siempre tuvo ansia de conocimientos, de leer la poesía que se hacía en Europa por aquella época. Para ello, aprendió francés, inglés y alemán. Pese a que escribía siempre en catalán -como una manera también de rebelarse ante el régimen-, firmó algunas obras o cartas en francés para burlar la censura.

Pasó la Guerra Civil hospitalizado, así como los años venideros y pese a estar 'enjaulado', sus enemigos lo vigilaban por sus ideas subversivas. «Escribía artículos en publicaciones liberales y, aunque usaba un seudónimo, todo el mundo sabía quién era».

Según José Ramón Ripoll, dentro de la literatura catalana es una figura más popular. «Yo conocí su obra a principios de los noventa y le dediqué una ponencia en Sitges en el año 1994». Precisamente Revista Atlántica fue la primera publicación en español que dio a conocer muchos de sus poemas, algunos traducidos al castellano por Luis Santana. Torres fue el 'poeta de la muerte', fantasma helado al que evocaba en sus versos. Su vida estuvo siempre marcada por el sufrimiento ya que, a su enfermedad, se añadía la pérdida temprana de su madre y algunos buenos amigos.

La Revista Atlántica, que ha rescatado en sus últimos números a autores catalanes gracias a colaboración con el Institut Ramón Llull de Catalunya, presentará su último número el jueves a las ocho de la tarde en Diputación. Para su próxima entrega, Ripoll prepara algo especial, ya que servirá para conmemorar los veinte años de la publicación. Además, su edición irá acompañada de ponencias y exposiciones.