El coche de Lennon no se vende
Retiran a última hora el lote que contenía el primer coche del exbeatle, que iba a ser subastado en París
MADRID.Actualizado:«Baby you can drive my car / Yes I'm gonna be a star / Baby you can drive my car / And maybe I'll love you». El 13 de octubre de 1965, John, Paul, George y Ringo repitieron este estribillo hasta la saciedad en una sesión de 17 horas en los estudios de Abbey Road. Ese día se grabó el clásico 'Drive my Car' ('Conduce mi coche'). Era la primera vez que la banda de Liverpool se encerraba durante tanto tiempo para terminar una canción.
Será que tenían un mensaje importante; y dado que la predicción sobre ser una estrella ya se había cumplido -a mediados de los 60, los Beatles ya eran «más famosos que Jesucristo»- quizá es que Lennon, de verdad, quería que alguien condujera su coche.
45 años más tarde iba a conseguirlo. Su primer carro, un Ferrari 330 GT que compró al día siguiente de sacar el carné de conducir, en febrero de ese mismo año, debía haber salido a subasta el pasado sábado, en París. Pero no lo hizo. A última hora su actual propietario se arrepintió y dio la espantada. La casa británica Bonhans, organizadora de la puja, deberá conformarse con cantar 'Let it be' ('déjalo así') en vez del 'baby you can drive my car' ('Nena, puedes conducir mi coche'). El bólido del malogrado compositor no ha pisado el Petit Palais de la capital francesa durante su Salón del Automóvil. Esperaban conseguir 170.00 euros por él.
No le gustaba conducir
La relación de John Lennon con los coches resulta curiosa. Al autor de 'Imagine' no le gustaba conducir y siempre que podía engañaba a otro para que tomara el volante. Tampoco era mala idea, conocidos sus hábitos de consumo. Sin embargo, los coches eran por aquel entonces un objeto de deseo, más estético que práctico, para el joven músico. Tendrían que pasar años aún hasta que le diera por tumbarse en una cama y cantar al mundo las bondades de una sociedad en la que no existiera la propiedad. Entonces solo tenía un discreto Chrysler Town & Country.
La historia del Ferrari 330 GT azul es de lo más curiosa. Ni siquiera se puede decir que sea el coche que Lennon había deseado poseer. Nunca fue a comprar un coche. El día que el beatle aprobó el examen de conducir, todos los diarios británicos se hicieron eco de la hazaña. Cosas de la fama. O del morbo. En 1958, un policía que conducía ebrio atropelló y mató a su madre. El asunto es que los vendedores de los más lujosos concesionarios desayunaron con la noticia de que el caballero del imperio británico necesitaba modo de transporte.
Ni cortos, ni perezosos se plantaron frente a la casa de Lennon con los últimos modelos disponibles. Ante tal harén mecánico -Bentley, Jaguar, Ferrari, Lamborghini. - el artista no tuvo más que salir al porche y elegir uno. No le llevaron ningún escarabajo de la Volkswagen.
Al año siguiente, Lennon se compró otro coche. Éste, más famoso aún que el Ferrari, ya fue subastado en 1985, por millón y medio de libras esterlinas. Se trata de un Rolls Phantom que el músico tuneó y pintó con la estética del disco 'Sgt. Pepper's...' . Todo un icono pop. Como su dueño original.