Hartos de vivir bajo puntales
Todavía quedan en La Asunción pisos inhabitables a la espera de las reformas
JEREZ. Actualizado: Guardar«No estoy tranquilo, sobre todo por las noches, cuando escucho ruidos en la casa de arriba». Así lleva Cayetano González, vecino del bloque 6 de la calle Nuestra Señora del Desconsuelo, en la barriada de La Asunción, varios meses. Justo sobre su cabeza, un piso permanece con el techo apuntalado hasta que empiecen las obras de rehabilitación del inmueble. Teme que con un desprendimiento pueda ceder el suelo y los ladrillos caigan sobre su vivienda.
Hace siete meses que los inquilinos de este bloque tuvieron que pagar de sus bolsillos hasta los soportes, siguiendo la recomendación de técnicos municipales de Urbanismo. «Costó 700 euros a la comunidad», recuerdan. Ya desde el portal -donde guardan, por si acaso, más puntales- cualquiera pueda percibir las deficiencias del inmueble, que ronda los 54 años. En la segunda planta empiezan los suspiros ante la necesidad de sortear los puntales apoyados en la escalera. «Vinieron de Ayuntamiento y nos dijeron que había que apuntalarlo ya», recuerda una de las vecinas, Lorena Velarde.
Hay bloques en los que la rehabilitación se ha quedado paralizada porque «hay vecinos que no pueden aportar los 3.000 euros necesarios», contó Paco Soto, presidente de la asociación La Integración. Lorena aporta una solución: «Me voy a trabajar dos meses en el Ayuntamiento y que no me paguen el sueldo sino que me arreglen la vivienda», dijo, mientras Elisabeth González asentía a su lado.
«Estamos agradecidos por lo que ya se ha rehabilitado en la barriada pero esto no se puede parar, tiene que seguir al mismo ritmo. Se han quedado nueve bloques pendientes del 2009 y otros diez de 2010», recordó Soto, que tiene palabras para todos los dirigentes, sean locales, autonómicos o nacionales. «Como vecino, le pido a Pilar Sánchez que, en vez de tanto carril bici, ayude más a los necesitados. A Griñán, que se acuerde de nosotros, que va a terminar siendo el culpable de las desgracias que pueden ocurrir porque ya hay cornisas desprendiéndose. A Zapatero -por último- que tenga en cuenta a los parados de la barriada, que la rehabilitación de un bloque son cuatro meses de cotización para un trabajador». Sobre este punto, Soto tiene una visión muy clara: «Sí que hay trabajo en Jerez, sólo nos tenemos que volcar en las barriadas históricas», dijo.
Las dos familias que tienen los puntales en el salón de casa han tenido que salir de allí para poder dormir por las noches con la tranquilidad de que el techo siga en su sitio. «De 2007 hasta ahora no ha llegado un sólo euro en subvenciones de realojo. El otro día llegó una carta de Emuvijesa diciendo que no había ninguna partida prevista para esas subvenciones», continuó Soto. Los vecinos no quieren ni acordarse de la situación que sufrieron 26 inquilinos de otros bloques cercanos, que tuvieron que abandonar sus viviendas a toda prisa y corriendo el año pasado por riesgo de derrumbe. La rehabilitación de los dos bloques afectados entonces se está terminando ahora. «Ya llevamos dos años de retraso sobre lo previsto», insistió Soto.
Al margen de los retrasos de 2009 y 2010, «para 2011 están previstas las obras en otros bloques pero no sabemos nada. Lo único que pedimos es que los vecinos tengan una casa digna», continuó el presidente mientras miraba cómo las vigas de uno de los pisos están prácticamente al descubierto. El calendario inicial marcaba el 2012 como el año en que, por fin, La Asunción luciría su mejor aspecto, aunque las demoras hagan colocar esa fecha más lejos.
Otras reivindicaciones
Aunque la demanda prioritaria es la reforma de todos los bloques, la histórica barriada de La Asunción sufre otras carencias. Como apunta Francisco Soto, «hay parte del barrio sin luz por falta de farolas, aceras levantadas por las raíces de los árboles que ya han provocado caídas y calzadas llenas de boquetes en los que el Ayuntamiento ya no echa alquitrán sino tierra», dijo. La lista contiene también demandas en cuanto a una mayor presencia de la Policía Local en la calle, más limpieza, la falta de un parque para el disfrute de pequeños y mayores, la necesidad de un semáforo en la calle Nuestra Señora del Traspaso o el mantenimiento de las palmeras de la calle Consolación.
«Queremos que inicien pronto las obras en el solar de la cárcel porque desde que la derribaron se ha convertido en un descampado», siguieron los representantes vecinales. El viejo Cine Delicias también es otro punto negro de la zona: «Es un foco de delincuencia y de infección», apuntaron. Por último, lamentaron no contar con un centro de barrio.