Los alumnos participaron en una carrera solidaria con la que recaudaron alimentos. :: JAVIER FERNÁNDEZ
educación | ies fernando quiñones (jerez)

A la carrera por la igualdad

El centro planifica actividades durante todo el año para fomentar valores de tolerancia entre chicos y chicas Los profesores combaten el sesgo machista entre los adolescentes, que ya rechazan la violencia de género

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No duraron ni una semana. Irene cortó con su chico en cuanto le prohibió que se pusiera una falda corta. Aquello no le sonó nada bien. «Yo le dije que sí, y él me dijo que no. Pues adiós. Hay chicas que sí se dejan manipular». Pero a sus catorce años, Irene ya sabe bien lo que quiere y lo que no, lo que le gusta y lo que no, lo que tolera y lo que no. Sin embargo, y pese a los tiempos que corren, este no es el caso más habitual. Los roles sexistas se reproducen desde edades muy tempranas y muchas adolescentes confunden el amor con la sumisión. Los primeros síntomas de esas actitudes posesivas -desde el control sobre la ropa y las compañías hasta los mensajes del móvil- pueden derivar en manifestaciones más graves a medida que cumplen años. Así lo constatan los expertos que briegan con ellos a diario, los docentes, en este caso el instituto jerezano Fernando Quiñones, ejemplo paradigmático de la aplicación del Plan de Igualdad.

«Existe un sustrato machista que se percibe en el día a día y que hay que atajar a tiempo». Ana González, profesora de educación física, es la coordinadora de este proyecto transversal obligatorio para todos los centros de la provincia e impulsado por la delegación provincial de Educación. «Los chicos son muy reacios a participar con las chicas en las actividades deportivas. Cuando hay que formar grupos, nunca se mezclan. Yo les hago reflexionar sobre eso».

Los alumnos han analizado los casos de asesinatos por violencia de género que se produjeron en 2010. «Es una forma de abrirles los ojos a niñas que no son muy conscientes de cómo ha de entablarse una relación de pareja. Incluso ven bien que sus novios sean controladores o celosos al máximo. Piensan que las quieren más». Todos los miércoles, durante el recreo, los alumnos se ponen una camiseta blanca en señal de luto por las mujeres que han perdido la vida a manos de sus parejas. Esta es solo una de las piezas que componen el puzzle por la igualdad que el Quiñones, donde estudian 415 alumnos, desarrolla durante el presente curso y que tiene el doble objetivo de concienciar sobre esta lacra social y sobre las necesidades básicas de un sector de la población al que los niños y adolescentes suelen permanecer ajenos. El 25 de noviembre, Día Mundial Contra la Violencia Hacia las Mujeres se organizó una recogida de alimentos, como en la I Carrera Solidaria, con la que se conmemoró el Día Mundial de la Paz.

Todos a una

Las chicas son las que toman las riendas en la organización de estos actos, que además involucran al máximo número de profesores para que cada asignatura aporte su grano de arena. Así, se trabaja en una liga deportiva mixta, en un concurso de trivial y en una gaceta informativa. Ideas todas propuestas por el grupo de coeducación organizado para coordinar el Plan de Igualdad.

«Nosotros sí pensamos que hombres y mujeres son iguales, que tienen los mismos derechos. ¿Por qué no va a poder hacer una mujer lo que hace un hombre?». Irene, Alba, Ángela y Juan Carlos, de tercero de ESO, se enzarzan en un acalorado debate. «Pero socialmente no es así. Sigue habiendo muchísimo machismo, y por parte de las mujeres también. Lo de la igualdad no lo cumplimos ni nosotras mismas». En las clases, en los recreos o en la calle, comienza a palparse otro ambiente, con otros temas de conversación. «Se escuchan muchos comentarios o chistes que parecen normales, pero cuando te paras a pensarlo, no lo son tanto. Hay bromas que no se deben hacer».

Cambiando de tercio... ¿conocéis a alguna pintora famosa? ¿y escritora? Silencio. Estos chicos no participaron en una de las acciones formativas en las que se centró el Plan de Igualdad durante el curso pasado: rescatar y mostrar el papel de la mujer en el mundo de las artes. «A lo largo de la historia, las estructuras políticas y económicas han estado controladas por el hombre y a la mujer se le ha concedido un papel secundario, irrisorio, a pesar de que muchas se encuentran detrás de grandes obras». Carmen Sepúlveda fue la responsable de esta actividad, que se impartió en las asignaturas de Música, Plástica y Ciencias Sociales. «Rodin, el escultor, firmó muchas de las obras de su amante, Camille Claudel, que ha pasado muy desapercibida».