«Mubarak no puede durar mucho más en el poder»
Chucri Abboud, embajador de Líbano en España, desliga de Hezbolá al nuevo primer ministro y alerta de «la caída de Egipto»
Actualizado: GuardarLíbano se prepara para estrenar Gobierno con Nayib Mikati como primer ministro, una designación salpicada de polémica por el apoyo de Hezbolá al candidato independiente. El embajador de Beirut en España, Chucri Abboud, defiende «la equidistancia» del nuevo jefe del Ejecutivo al tiempo que alerta de «un inevitable cambio de rumbo» en la región por la «revolución» que asfixia al líder egipcio, Hosni Mubarak.
-La llegada de Mikati al poder derivó en graves disturbios en el país.
-Fue una reacción espontánea y desproporcionada que no fue guiada por los líderes políticos, ni por los opositores. Incluso el primer ministro saliente, Saad Hariri, criticó los actos perpetrados ante un hecho democráticamente aceptable como es el cambio de Gobierno.
-¿Qué lugar ocupará el partido-milicia chií en el Ejecutivo ?
-Hasta ahora no ha declarado su voluntad de participar. Se mantendrá al margen para no presionar al primer ministro, que fue tratado de hombre de Hezbolá. Con este gesto se quiere probar que no hay ningún tipo de connivencia y que Mikati es un hombre imparcial.
-¿Caben ahora más posibilidades de que se produzca una guerra entre Líbano e Israel?
-No. Ahora todo se ha calmado. Líbano no va a hacer nada ahora mismo. Nunca atacó, solamente se preparó para no dejar que volviera a ocupar nuestro territorio. Son mucho más fuertes que nosotros por el apoyo internacional y no podemos vencerles. Antes éramos los únicos que asustábamos a Tel Aviv, pero ahora con las revoluciones en países aliados todo puede cambiar de rumbo.
-EE UU amenazó con limitar la ayuda financiera tras el nombramiento de Mikati.
-Eso ya ha cambiado. Aun así, la ayuda norteamericana es muy poca, 45 millones de dólares anuales (33,1 millones de euros). No podemos hacer nada con eso. No obstante, Washington no piensa ahora mucho en Líbano, sino en la caída de Egipto. Tomaron precauciones y la protesta no paró. Ahora pierden credibilidad al pedirle a su gran aliado que se vaya y tener que apoyar a los manifestantes para ganar la simpatía del pueblo egipcio. Mubarak no puede durar mucho más en el poder, porque no es una revuelta, es una revolución.
-¿Cómo valora la ola de protestas que sacude al mundo árabe?
-Es bueno liberarse y sobre todo de los mentirosos que han demostrado que no les gustaba el pueblo. Esto ayuda a la democracia. El único problema es el peligro de ver robadas estas movilizaciones por algunos que se aprovecharán de la situación. Tanto en Túnez como en Egipto hay necesidad de encontrar un líder carismático que pueda tomar las riendas.
-¿Cobrarán en Yemen, Siria, Argelia y Jordania la misma fuerza?
-No creo, porque no existe el mismo grado de opresión.