Mata a martillazos a su pareja y a un hijo de esta en Almería
El presunto autor de los hechos se entregó un día después en una comisaría de la Policía Nacional en Barcelona
BARCELONA.Actualizado:Un hombre de 36 años y nacionalidad marroquí se entregó el viernes pasado en una comisaría de la Policía Nacional en Cornellá (Barcelona), donde confesó haber matado a su pareja, una mujer española de 46 años, y el hijo de esta, de 22, en Roquetas de Mar (Almería). El doble crimen se produjo el jueves. Al parecer, ambos cuerpos fueron encontrados en un piso con fuertes golpes en la cabeza, según todos los indicios, provocados con un objeto contundente, que les causó la muerte.
El portavoz de la Policía Nacional de la Jefatura Superior de Barcelona, Rafael Jiménez, explicó ayer que parece muy probable que el arma del delito fuera un martillo, que todavía no ha sido hallado por los investigadores. «Él da una explicación, pero nosotros estamos verificando su confesión y recabando pruebas para comprobar que fue como él dice», expresó el mando policial.
Según Jiménez, el hombre, identificado como M. S., declaró en la comisaría que tuvo una fuerte discusión con su pareja sentimental, C. C. T. El altercado concluyó con la muerte a golpes de la mujer y del hijo de esta, A. M. C., que podría haber acudido en auxilio de su madre. «Es un asesinato brutal», dijo el portavoz policial.
Por su parte, fuentes de la investigación confirmaron que no constaba ninguna denuncia por malos tratos contra el presunto homicida. Este hombre tampoco tenía antecedentes penales en España.
Las mismas fuentes relataron que las dos víctimas, madre e hijo (este fruto de un matrimonio anterior), y el presunto autor del doble asesinato decidieron hace un año instalarse en Roquetas de Mar, a donde acudieron en busca de trabajo. El hombre, la mujer y el joven habían vivido hasta entonces en Barcelona.
El jueves pasado, tras cometer el doble crimen, el hombre huyó en dirección a Cataluña, donde pasó un día tratando de alejarse y de escapar del lugar del asesinato. Sin embargo, al llegar a esta comunidad y tras unas horas deambulando, decidió entregarse y confesar la autoría de los hechos en la comisaría de Cornellà. Al cierre de esta edición aún no había pasado a disposición judicial.