Un espía en palacio
EL CAIRO. Actualizado: GuardarOmar Suleimán salvó la vida al presidente Hosni Mubarak el 21 de junio de 1995, cuando varios miembros de la Gamaa Islamiya dispararon contra el convoy en el que viajaba el 'rais', de visita en Addis Abeba. Esta semana, el nombramiento del todopoderoso jefe de los servicios secretos egipcios como vicepresidente ha vuelto a sacar, por el momento, de un apuro a Mubarak.
Suleimán es un hombre del régimen, y durante años ha sido considerado como la persona más poderosa de Egipto después de Mubarak. Hoy quizás haya incluso reemplazado en prominencia y poder de decisión al propio presidente y es posible que tenga en sus manos la futura transición egipcia. Los manifestantes no toleran su figura, pero una parte importante de los egipcios aceptaría un Gobierno de transición liderado por Suleimán hasta que se celebren elecciones el próximo septiembre.
Nació en 1935 y con apenas 19 años entró en la Academia Militar de El Cairo. Completó su formación castrense en la Unión Soviética, como el propio Mubarak, pero también estudio Derecho y Políticas. En los años 80 pasó a la inteligencia militar y dirige el GISS, los servicios de inteligencia egipcios desde 1992.
El nuevo vicepresidente mantiene buenas relaciones con sus contrapartes en Estados Unidos e Israel, y su figura es una presencia constante y fundamental en las negociaciones del conflicto árabe-israelí. Suleimán es descrito a menudo como una persona muy inteligente y que no se anda con rodeos a la hora de hablar, por lo que ha sido utilizado por Mubarak, y en detrimento de Ahmed Abul Gheit, el ministro de Exteriores, para desenredar algunos de los asuntos más espinosos de Oriente Medio.
Suleimán también ha desempeñado un papel muy importante en la lucha contra el terrorismo en Egipto, ya que fue la actuación de GISS la que consiguió derrocar en pocos años a grupos como Gamaa Islamiya, que amenazaban el turismo -y por ende, la economía- egipcia.