El sector financiero aconseja a Rajoy que mida sus críticas a la gestión de Zapatero

Mariano Rajoy mantiene reuniones periódicas con destacados representantes del sector financiero español, en especial con altos cargos de los principales bancos y cajas de ahorros del país. El líder del PP ha recibido en las últimas semanas un mensaje común de algunos de sus interlocutores: lo mejor que le puede pasar a la economía española es «pasar inadvertida», es decir, ni declaraciones de apoyo de ministros europeos ni bronca política interna. Se trata, más que de una advertencia, de un consejo.

Alguno de los principales banqueros ha transmitido a Rajoy que si gana en las elecciones generales de 2012, como vaticinan todos los sondeos, costará «menos esfuerzo» sacar al país de la crisis si la dañada credibilidad comienza a recuperarse desde ahora mismo.

Incidir en cuestiones como que el sistema financiero español está peor de lo que cuenta el Gobierno es una táctica, a juicio de estos financieros, contraproducente. No solicitan al líder del PP que renuncie a su estrategia opositora para llegar a la Moncloa sino que mida qué criticas pueden dañar el «difícil equilibrio» que soporta en la actualidad la economía.

Una caída libre de la confianza internacional en España sería mortal para José Luis Rodríguez Zapatero, pero también acarrearía problemas adicionales a un futuro Ejecutivo de los populares.

El dirigente opositor, fiel a su estrategia de «escuchar a todo el mundo» para luego sacar sus propias conclusiones, mostró el pasado 30 de diciembre, en la última rueda de prensa que concedió en Génova, su disposición a alcanzar pactos en materia económica con el Gobierno durante 2011, aunque sin levantar mucho el pie del acelerador para impedir que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero recupere oxígeno. Admitió en aquella ocasión que si algunas reformas no se acometen ahora con consenso «la factura» en 2012 puede ser muy alta.

Un equilibrio que se resume en la frase que más ha repetido Rajoy en las últimas semanas: «Sin confianza y con un Gobierno que ha perdido todo su crédito es imposible salir de la crisis».

El dirigente popular, además, repite una y otra vez que el responsable de la actual coyuntura económica nunca puede ser el jefe de la oposición «sino el presidente del Gobierno».

Semana 'horribilis'

Rajoy adelantó el jueves en Toledo que su grupo sería «constructivo» durante la tramitación parlamentaria del proyecto de ley de reforma de las pensiones, aunque esté en desacuerdo con apartados básicos del presente modelo y ayer en un acto con militantes en Logroño volvió a incidir en que España «necesita menos fotos y propaganda, y más empleo y crecimiento».

Mientras el acuerdo con sindicatos y patronal sobre la reforma de las pensiones y el respaldo de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy a las reformas emprendidas por José Luis Rodríguez Zapatero han dado nuevos bríos a los socialistas, Rajoy ignoró esos datos y describió lo que, a su juicio, ha sido una nueva semana 'horribilis' para la economía.

El presidente del PP detalló, al hilo de esta reflexión, que el martes se conoció que 132.000 españoles más se sumaron a los más de 4,5 millones de desempleados; el miércoles, el Gobierno «festejó» la firma de un acuerdo con los agentes sociales que «recorta las pensiones»; el jueves, la canciller alemana «impuso nuevos deberes» a Zapatero, «algo que nunca pasó con los Gobiernos del PP» y, finalmente, ayer se conoció que la economía en 2010 había tenido una caída de una décima.