asesinato en arriate

El juez decreta el internamiento cerrado y preventivo del presunto asesino de María Esther

Hallan restos que podrían ser de sangre en una zapatilla deportiva del arrestado durante el registro domiciliario efectuado en su casa

ARRIATE Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El titular del Juzgado de Menores número 1 de Málaga ha decretado el internamiento cerrado y preventivo en un centro para menores de Rubén, el joven de 17 años detenido ayer como presunto autor de la muerte de la niña de 13 años María Esther el pasado 20 de enero en Arriate, Málaga. El menor se ha negado a declarar ante la Guardia Civil, que lo detuvo ayer por la mañana en su domicilio. El internamiento preventivo acordado a propuesta de la Fiscalía de Menores no podrá prolongarse más de seis meses, según la legislación de menores, por lo que el juicio deberá celebrarse a partir de ese plazo.

La decisión confirma la intención de la Fiscalía de pedir inicialmente el internamiento como medida cautelar para el joven de 17 años, R.V.R. Según los primeros datos de la investigación que han trascendido, se habrían hallado restos de sangre en una zapatilla deportiva del menor localizada durante el registro en su casa.

La detención

Arriate obtuvo ayer una respuesta al crimen que lo ha tenido en vilo durante las dos últimas semanas. La Guardia Civil detuvo a un menor como presunto autor de la muerte de María Esther, cuyo cadáver fue hallado el 20 de enero en el interior de la caseta de una depuradora con varios golpes en la cabeza.

El sospechoso, Rubén V. R., que el pasado diciembre cumplió 17 años, es también vecino del pueblo y miembro de la misma pandilla con la que solía estar la víctima. La investigación de la Benemérita, a cargo de la Policía Judicial de Málaga y la Unidad de Coordinación Operativa (UCO) de Madrid, desembocó en el joven por dos vías diferentes.

La primera de ellas fue la de los interrogatorios. El menor prestó declaración, como tantas otras personas del pueblo, en las oficinas que el Ayuntamiento habilitó para que la Guardia Civil hablara con los vecinos sin que tuviesen que desplazarse al cuartel de la vecina Ronda, que está a seis kilómetros de Arriate.

Los investigadores empezaron a sospechar de él cuando detectaron algunas contradicciones en su versión sobre lo que hizo la noche de la desaparición de María Esther. Según ha podido saber SUR de fuentes cercanas al caso, los guardias civiles se entrevistaron con la persona con la que decía haber estado y su coartada se tambaleó. Al parecer, también habría obviado información sobre los sitios donde estuvo aquel día. Todo eso les llevó a incluir su nombre en la cartera de sospechosos.

Segunda vía de investigación

En esa ronda de declaraciones, los agentes tomaron muestras de ADN de forma indiscriminada a todos los testigos. La estrategia era clara. Habían obtenido numerosos restos biológicos en el escenario del crimen y pretendían hallar en los interrogatorios coincidencias genéticas con el autor o autores de la muerte de María Esther.

Esa fue la segunda vía de investigación, la más importante en el caso. Los muestras recabadas fueron remitidas a los laboratorios centrales de la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid. Se les dio máxima prioridad. Los resultados relacionaron el código genético del detenido con restos biológicos hallados en tres lugares distintos de la caseta donde apareció el cuerpo de la niña.

Según las fuentes consultadas por este periódico, el ADN del sospechoso coincidiría -de manera casi absoluta- con el que se encontró en la sudadera con capucha con la que el presunto agresor cubrió la cara de María Esther tras el ataque, así como con el que apareció en la puerta del casetón que dejó encajada al marcharse. También existiría la misma correspondencia genética con los restos hallados en la piedra de casi cuatro kilos con la que fue golpeada la víctima, que murió tras sufrir un fractura de cráneo.

Las pruebas de ADN supuestamente situaron al menor en el escenario del crimen. Aun así, los investigadores decidieron esperar los resultados de unos análisis realizados a otros sospechosos con el fin de estrechar todavía más el cerco.