La segunda oportunidad

Estuvimos un tiempo muy orgullosos de nosotros mismos. Nos mirábamos el ombligo muy a menudo. Llegaban unos y colocaban unas leyes. Ganaban los otros y las cambiaban. Los políticos han jugado con un sistema educativo que nos tiene a la cola de Europa. Así pues, también la educación española está en crisis. O mejor, continúa anclada en ella.

He escrito en varias ocasiones sobre este asunto y hoy alzo mi voz para quejarme. Esto no funciona, y lo que es peor, no se sabe qué tecla tocar para superar un abandono escolar que duplica la media comunitaria. El resto de países obtienen una media del 14%; España supera el 30. Cómo, de qué manera, qué planes educativos y motivadores tiene pensado este Gobierno o el que salga de las próximas elecciones. Qué ponemos en la casilla. ¿No se sabe, no contesta? Por lo pronto la Comisión Europea se ha puesto como objetivo no llegar al 10% de abandono. ¿Y nuestro 20 restante? Al igual que en estudios anteriores, detrás de nosotros solo vemos a Malta. Portugal la tenemos al lado, y no hablo solo geográficamente. Ya nos igualamos en números en cuanto a jóvenes que no continúan sus estudios.

Es alarmante, grave y vergonzoso que suspendamos con tan baja nota en educación escolar. Como esto es antiguo -los datos de la UE nos viene sacando los colores hace muchos cursos- los expertos deberían haber hecho algo al respecto. Dicen los ídem, que la culpa la tiene el paro. Para buscarse un sueldo que, como se ha visto con la construcción, es «pan para hoy, hambre para mañana». Sin olvidar que la falta de formación genera más desempleo e inestabilidad. Hace unos días veía en la 2 de TVE, un reportaje sobre «la segunda oportunidad». Alumnos a los que unos docentes con mucha paciencia y pedagogía intentan motivar para sacarlos de la calle. Estos profesores, aclaraban, que no terminarían el temario curricular pero trabajarían para devolverles la autoestima y enseñarles un oficio. Entre todos debemos trasmitir una buena dosis de motivación a los estudiantes. Si reciben mensajes o ejemplos, -las televisiones nos lo muestran a diario-, que en la vida las cosas se consiguen rápido y fácil. Cuando descubren la realidad, que todo cuesta y hay que currárselo; están perdidos. Trabajemos entre todos para que nuestros chavales adquieran la disciplina, las conductas del sacrificio. Sí, aunque suene a bíblico no tomarlo como abnegación o expiación, y sí como interés, beneficio o logro. Y no olviden la segunda oportunidad.