PROGRESA ADECUADAMENTE

Ahora se califica así a lo que en nuestros tiempos de estudiantes se llamaba, con mucha más contundencia pero con menos imaginación: «aprobado». Pues esa nota le ha puesto la maestra Merkel al alumno Zapatero. ¡Estamos salvados!, pasamos de curso. La noticia, aunque esperada, es muy buena. Por dos motivos. Si los mercados le creen, se relajarán y dejarán de agobiarnos con la refinanciación de nuestra deuda; y, si no le creen, deberán suponer que Alemania está dispuesta a ayudarnos en cualquier caso, una vez que hemos cumplido con los deberes impuestos. Así, que se relajarán igualmente.

Pasamos de curso, pero no podemos olvidar que el siguiente se presenta muy duro. Europa ha comprobado que el nivel de integración económica actual es demasiado débil y, dada la proliferación de países integrados en el euro, hay que avanzar más para soportar mejor los embates de las crisis que periódicamente nos asolan. Avanzar, ¿por dónde? Merkel le llama 'Plan de Competitividad', aunque se refiere a cosas tan importantes y variadas como la fiscalidad, los salarios y la deuda. El reto es ímprobo, pues las situaciones de partida son muy dispares en tradiciones, en actitudes y en usos. La posición de los sindicatos es radicalmente diferente; la presión fiscal es muy dispar y se aplica a través de figuras impositivas y de tipos diversos. La deuda es lo más fácil. Quizás sea también lo más urgente; pero a largo plazo el núcleo del problema lo forman el resto de materias. No sé si la canciller Merkel dispone del peso político suficiente para liderar el proceso y ni siquiera si lo alcanza sumando el apoyo de Sarkozy. Pero alguien debería intentarlo. Europa tiene aquí trabajo para una década. O más. Así que, cuanto antes empiece.