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Merkel posa en la escalinata de Moncloa junto a Rubalcaba y Zapatero. :: AFP
ESPAÑA

Merkel da su visto bueno

El jefe del Ejecutivo rechaza de momento la propuesta germana de desvincular aumento salarial e inflaciónLa canciller cree que España ha hecho «grandes cosas» y los mercados «tomarán nota»

PAULA DE LAS HERAS
MADRID.Actualizado:

Espaldarazo sin ambages de la canciller alemana, Angela Merkel, al «rumbo» emprendido por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con las reformas estructurales. En el Ejecutivo había sentado muy mal que la prensa española, casi sin excepción, interpretara la visita de la dama de hierro de Europa en clave de examen o reválida, pero José Luis Rodríguez Zapatero no pudo ocultar una sonrisa orgullosa de alumno aplicado cuando su invitada de honor afirmó solemne que, en los últimos tiempos, se han hecho en España «grandes cosas», que se va «por el buen camino» y que «los mercados tomarán nota».

El de ayer fue, posiblemente, uno de los mejores días del presidente del Gobierno español en muchos meses porque a las alabanzas de la mandataria alemana sumó la del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la no menos importante aprobación del presidente del Banco Santander, Emilio Botín. Después de semanas acogotados por la amenaza de un ataque especulativo que podría haber situado a España al borde de la quiebra, los riesgos de tener que ser intervenidos parecen ya conjurados.

Merkel lo debe de ver bastante claro porque, según aseguran en la Moncloa, al terminar la conferencia de prensa y, ya en el coche con Zapatero camino del aeropuerto, comentó su sorpresa ante la insistencia de los periodistas españoles para saber si descarta un rescate europeo de España cuando «ya nadie le pregunta por ello fuera». Eso no fue, en todo caso, óbice para que la guardiana de la ortodoxia europea subrayara que, como el resto de la UE, España aún tiene trabajo que hacer para mejorar la competitividad, su gran asignatura pendiente.

Y en este terreno empiezan las diferencias. Merkel tiene intención de plantear en el Consejo Europeo de hoy que, además de elevar la edad de jubilación, los países de la UE renuncien a las cláusulas de revisión salarial y de pensiones vinculadas a la inflación, fijen por ley un techo de gasto y establezcan una base común en el impuesto de sociedades. En la entrevista que mantuvo con los principales diarios alemanes esta semana, el jefe del Ejecutivo ya defendió que Alemania debería hacer «concesiones» en este terreno. Ante la canciller dio una pista de lo que quería decir; entre otras cosas, que no va a enfrentarse ahora a los sindicatos, después de haberles arrastrado al costoso pacto de pensiones.

La única idea que Zapatero dio por buena en su integridad fue la que afecta a la armonización fiscal. ¿Los salarios? «Dejemos a la negociación colectiva lo que le corresponde», dijo. Los agentes sociales tienen hasta marzo para llegar a un acuerdo en este terreno y el Gobierno no puede apretarles ahora las tuercas porque estaba en el sobreentendido del pacto social que se firmó el martes en Moncloa que podrían trabajar sin presiones. «Recordemos que es una negociación que lleva tres décadas sin conocer reformas y ahora la va a reconocer en profundidad», subrayó.

«Poco que aprender»

Los sindicatos, que por primera vez participaron ayer en el almuerzo de una cumbre internacional, no se quedaron callados. El líder de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, defendió que el «potente» sistema de negociación colectiva español «tiene poco que aprender de otros lugares». El vicepresidente primero de la CEOE, Arturo Fernández, rechazó por su parte la propuesta de Merkel por suponer «un cambio muy radical», aunque añadió que es un «tema a estudiar», informa Ander Carazo.

Tampoco quiere el Gobierno fijar por ley un techo de gasto de cumplimiento obligatorio para las comunidades autónomas; una propuesta que sí defiende a capa y espada el PP. El límite de déficit para la Administración General del Estado se incluye cada año en los Presupuestos y, en la convención autonómica celebrada por el PSOE el pasado fin de semana, se acordó que cada territorio haga lo propio cuando apruebe en el Parlamento sus cuentas públicas. Pero Zapatero no quiere ni oír hablar de una ley nacional que obligue a todos.

«España ha sido siempre un firme defensor y buen cumplidor del pacto de estabilidad y de una política de consolidación fiscal, y es uno de los países que menos veces lo ha incumplido», defendió, no obstante, el jefe del Ejecutivo.

La canciller aclaró, en todo caso, que la reunión de ayer del Consejo Europeo es solo un principio y que aún es pronto para hablar de «todas lo que podría hacerse» para sellar un pacto de competitividad el próximo marzo. Pero hizo hincapié en que la estabilidad del euro demanda sí o sí una armonización fiscal. «Eso lleva estancado mucho tiempo y todos debemos reconocer parte de la culpa», señaló. Por lo demás, trató de calmar ánimos de los Estados que temen perder soberanía. «No hablo de más competencias comunitarias, sino más coordinación» , advirtió la mandataria alemana.